Seguimos caminando por la calle de las Fachadas, donde las montañas estaban horadadas. Eran tumbas y casas de los nabateos, los antiguos pobladores. Llegamos al Teatro de forma semicircular, que tenía más de mil años. Leímos que tenía capacidad para 3000 personas, en hileras de 45 asientos.
Por la tarde emprendimos la ascensión al Monasterio. El sendero excavado en la roca tenía más de 800 escalones. El Monasterio era inmenso, de 50m de ancho por 45m de altura. Era casi más impresionante que El Tesoro. Tenía dos niveles, y en el superior una gran urna flanqueada por dos medios frontones. Se utilizó como iglesia en el periodo bizantino. Disfrutamos de las vistas desde los dos miradores cercanos, que ofrecían una panorámica de las montañas rocosas y nos despedimos de la histórica Petra.