El Parque tenía formaciones geológicas muy peculiares, resultado de miles de años de erosión en las montañas Datun. La tierra y parte de las rocas eran de tonos ocres, un color amarillo anaranjado, con la parte superior más oscura. Algunas rocas tenían forma de champiñones gigantes, otras de panal de miel con sus celdillas, de velas encendidas y hasta una con forma de zapato de hada, según decían, que parecía una chancleta.
La roca más
emblemática era la llamada “Cabeza de la Reina”, que parecía una esfinge con su largo cuello. Estuvimos curioseando entre las formaciones
rocosas junto al mar. El paisaje de los alrededores era bonito, cerca había un
faro. El día estaba nublado pero se filtraban algunos rayos de sol y había una luz especial que lo teñía
todo de anaranjado.
Las rocas que más
nos gustaron eran las de forma de champiñón, variadas en formas y tamaños, más
grandes que una persona. Otras tenían oquedades curiosas y jugamos a asomar la
cabeza para hacernos fotos. Hacia la salida vimos la Roca Elefante y la Roca
Leopardo.
En el suelo había fósiles en forma de erizo estrellado. Varios puentes cruzaban las paredes de los acantilados, con paredes de roca veteada y con vegetación verde alrededor. Un paisaje espectacular y especial.