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martes, 8 de abril de 2025

EL CENTRO HISTÓRICO DE COPENHAGUE



Copenhague es una ciudad con mucho encanto, con palacios, castillos, calles adoquinadas y casas de fachadas de colores. El centro histórico tiene edificios antiguos con tejados inclinados, buhardillas y chimeneas. Entre las casas asomaban cúpulas verdes, torres y picos de las iglesias. 



El mar Báltico se adentra en la ciudad a través de varios canales con barcos atracados y puentes de piedra. El más famoso es el Canal Nyhanv. Fuimos en abril y aunque hacía frío, con temperaturas entre 12º y 4º, el sol era potente, los cielos azul intenso, y los daneses paseaban, hacían deporte al aire libre y llenaban las terrazas de bares y restaurantes.




En la plaza del Ayuntamiento (Radhuspladsen) había una fuente central con un dragón de bronce. El edificio del Ayuntamiento era de 1905, de ladrillo rojizo con una alta torre con el Reloj Mundial de Jens Olsen. El Ayuntamiento tenía una estatua de Absalón, el obispo guerrero al que se atribuía la fundación de la ciudad. Alrededor había otros edificios históricos de arquitectura notable y grandes dimensiones.




 
Por la ciudad se veían muchas bicicletas, los daneses solían desplazarse en ellas a pesar del frío, y los parkings de bicis estaban repletos, sobre todo el aparcamiento delante de la Estación Central de Tren y Metro.





La Glyptoteca era un museo de arte, de bonita fachada con arcos y una cúpula central. Copenhague tenía numerosos museos, además de los museos de los Palacios Christianborg, Rosenborg, Amalianborg y Frederiksborg.


Callejeamos por las bonitas plazas como la Kongens Nytorv y la calle Stroget, la calle peatonal más larga de Europa, con comercios, cafés y restaurantes.



Iglesia de Marmol, de estructura redonda y con una gran cúpula verde con adornos dorados. Por detrás estaba el Palacio de Christiansborg, que describo en otro artículo dedicado a los palacios.
La Torre Redonda (Rundeturn) se construyó en el s. XVII como observatorio astronómico. adosada a la Iglesia de la Trinidad. Tenia una rampa ascendente en forma de caracol, que daba siete vueltas hasta la parte alta. Subimos para contemplar las vistas del casco antiguo.




Más alejado estaba el Kastillet, era la antigua Ciudadela, utilizada como parque. Llegamos caminando por jardines con sauces llorones y almendros en flor. Cruzamos el foso por un puente. En el interior estaban las casas rojas de los militares, una iglesia y un molino. Había zonas de acceso limitado, pero se podía pasear disfrutando del paisaje. El molino de viento, de estilo holandés con grandes aspas, destacaba en una pradera verde.

Acabamos cenando en el acogedor Det Lille Apotek. Probamos tres tipos de arengue marinado con pan de centeno y tartaleta de hojaldre con pollo, espárragos, bacon y gratinada. Una delicia. Y al día siguiente nos esperaban muchos más atractivos de Copenhague, como el barrio de Christianía, los Jardines Tívoli, sus palacios renacentistas, museos y otros bonitos rincones...








viernes, 9 de diciembre de 2022

ST. PIERRE Y EL VOLCÁN PELÉE


El pequeño pueblo de St. Pierre era tranquilo, apenas cuatro calles paralelas junto al mar, y con la silueta imponente del Monte Pelée (Monte Pelado) al final de cada calle. El Monte Pelée era un volcán semiactivo y la montaña más alta de la isla Martinica

Las guías decían que tenía el honor de ser el tercer volcán más letal del planeta, y en su última erupción el 9 de mayo de 1902 arrasó el pueblo de St. Pierre. El volcán empezó a dar señales de actividad, pero los mandatarios las desoyeron y no alertaron a los ciudadanos. Murieron sus 30.000 habitantes. Sólo sobrevivieron dos personas, uno de ellos un preso encarcelado en la pequeña prisión. Un Museo Memorial lo recordaba.



El pueblo conservaba algunos edificios coloridos de dos plantas, con contraventanas de madera pintada de color granate, verde, azul. Algunas casas tenían buhardillas. Lo más destacable era el edificio del Ayuntamiento con porches y un reloj, el mercado de frutas con estructura metálica. Vimos alguna tienda de artesanía de cerámica y algún un café con porche agradable. La playa del pueblo era estrecha con arena negra volcánica.




Visitamos las ruinas de la prisión y del antiguo Teatro del s. XVIII, que se construyó para entretener a la población y las tropas francesas. Tenía capacidad para 800 espectadores, con altas columnas y un lujoso interior diseñado por el mismo artista que decoró la Ópera de París. Quedaba poco del esplendor de lo que fue, la escalinata doble y unas pocas piedras ennegrecidas entre vegetación verde. El dolor y la destrucción formaban parte del pasado.

La playa del pueblo era estrecha con arena negra volcánica. Comimos en un agradable restaurante abierto al mar. Pescado asado con mandioca, banana y ensalada. Era inevitable sentir la presencia del volcán dormido, con su cima envuelta en una corona de nubes. Esperemos que no vuelva a despertar.





martes, 16 de septiembre de 2014

CESIS Y SU CASTILLO

Cesis era una tranquila población de Letonia, rodeada de bosques en el valle del Gauja. El ambiente era muy rural, con bonitas casas decimonónicas de piedra y madera, con buhardillas, chimeneas y nieve en los tejados rojos. 




En el pueblo destacaba el Castillo de Cesis (en letón), o Castillo de Wenden (en alemán), una fortaleza medieval de madera, amurallada con muros de piedra. Se conservaban dos torreones. Lo construyeron en el s. XIII los cruzados alemanes livonios conocidos como los Hermanos Livonios de la Espada. Pero durante la Guerra Livona en el s. XVI lo destruyeron para que no cayera en manos de Iván el Terrible, derrotado en la batalla de Wenden. Luego pasó a manos de la Orden Teutónica y sufrió numerosas vicisitudes y etapas históricas. 

En él se encontraron restos arqueológicos que se exhibían en el Museo Nacional de Historia de Letonia. Habían restaurado parte del recinto y el resto estaba en ruinas. Resultaba un poco fantasmagórico







Visitamos el pueblo un día frío y con nieve. La Iglesia Ortodoxa de St John’s, con cúpulas de cebolla azules, rematadas por cruces doradas y fachada azul, estaba junto a un lago helado. Los patos paseaban sobre la superficie de hielo del lago.