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lunes, 26 de mayo de 2025

LA FIESTA EN LA ALDEA


El tranquilo pueblo de Jana Soh conservaba casas de madera de dos pisos, con tejados de pizarra. Alrededor de las casas había pajares y campos cultivados. Por las ventanas se asomaban mujeres y niños. 

En la plaza del pueblo encontramos una celebración con danzas. Un grupo de 12 bailarines con un señor que hacía de animador y un poco de teatrillo, provocando las risas de los espectadores  especialmente los niños.




Todos iban ataviados con coloridos trajes, y las mujeres se adornaban con pañuelos rojos en la cabeza y joyas de plata. Los hombres llevaban gorros de lana con cenefas bordadas Unas vestimentas festivas, de pueblos de montaña.

         


             

Algunas bailarinas eran señoras muy mayores y arrugaditas, que se movían con suavidad. Entre los espectadores también había gente anciana, disfrutando del espectáculo. 


         

Al acabar la función nos hicimos fotos con todos y ellos nos hicieron fotos a nosotros, los únicos espectadores occidentales. Fue un regalo encontrar aquella celebración.



Luego seguimos paseando por la aldea y encontramos a dos mujeres acarreando a la espalda pesados sacos con leña y forraje. Un duro trabajo.




           

Nos despedimos de aquella encantadora aldea y fuimos a ver las cercadas Cascadas de Jana. Llevaban poco caudal de agua, pero el entorno verde y boscoso era bonito. Lo curioso es que habían instalado al pie de la cascada unas mesas donde comía una familia, con los pies en el agua. Una comida refrescante.

lunes, 24 de mayo de 2004

COBH Y SU PUERTO

 


Cobh era un pueblecito pintoresco junto al Atlántico. Era el puerto de la ciudad de Cork y su conexión con el mar. Era la única terminal de cruceros de Irlanda. Tenía fama por ser la última escala del Titanic en 1912, antes de su naufragio. Y dos millones y medio de emigrantes irlandeses se habían embarcado allí entre 1848 y 1950 hacia el Nuevo Mundo. Entre ellos Frank Mc Court, el escritor de "Las cenizas de Ángela", libro que nos impresionó por la cruda descripción de la pobreza irlandesa de la época. 

El pueblo era bonito con sus casas de colores, de dos o tres pisos, con tejados inclinados de pizarra negra, buhardillas y chimeneas.


Lo más destacado del pueblo era la Catedral de San Colman de estilo gótico francés, construida entre 1868 y 1915 con dinero local y enviado por comunidades irlandesas de Australia y EE.UU. Tenía el mayor carillón del país, con 47 campanas, la mayor de las cuales pesaba 3.440 kg. Las oímos tocar.


En la calle frente a la iglesia había una larga hilera de coloridas casas descendente hacia el mar  Los comercios tenían fachadas de madera con cristaleras. En la antigua Estación de Tren habían establecido el Cobh Heritage Centre, donde podía tomarse un café bajo una claraboya y ver una exposición de fotos en blanco y negro sobre la masiva emigración.