En la ruta por Mali
quisimos ver la formación rocosa llamada Mano de Fátima, a pocos
kilómetros de la población de Hombori. Era imponente y anaranjada, en
medio del paisaje del Sahel, con picos como dedos elevándose hacia el
cielo. Llegamos al atardecer y montamos el campamento con las mosquiteras a los
pies de la Mano de Fátima.
La Mano de Fátima, que daba nombre a la formación rocosa, era un símbolo de protección y buena suerte en varias culturas de África del Norte y Medio Oriente. La pared de escalada tenía 625m de altura, pero nosotros solo pretendíamos caminar Al día siguiente subimos hasta la hendidura central de la montaña. Contemplamos el paisaje anaranjado del Sahel, vimos un pequeño poblado y volvimos a bajar rodeando la mano, mientras el sol nos castigaba.
En los alrededores
había algunos poblados de la etnia Peul, también llamados Fulani, el
pueblo nómada y pastoril más grande del mundo. También habitaban en
Guinea, Camerún, Senegal, Níger, Burkina Faso, Benín, Mauritania, Sierra Leona,
Togo y Chad. Las mujeres peul tenían tatuajes faciales característicos y algunas escarificaciones.
El entorno era el
paisaje del Sahel, muy árido. Tenían chozas bajas y subsistían con
pequeños rebaños de ovejas y cabras, y muchas carencias. Otros poblados tenían
ganado vacuno, aunque no los vimos. Al llegar a uno de los poblados nos
ofrecieron leche en el cuenco de una calabaza. Flotaban varias moscas en la
superficie del cuenco y el anfitrión las retiró cuidadosamente con su mano.
Nosotros les ofrecimos carne en lata. Fueron muy amables y generosos con
nosotros, y nos dejaron entrar sus viviendas y conocer su forma de vida.
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