Tetuán era una
ciudad del norte de Marruecos, cerca del Mediterráneo. Era conocida como “la
blanca paloma”, por su conjunto de edificaciones blancas, y la ciudad
con más rasgos andalusíes de Marruecos. Fue la antigua capital del protectorado
español en Marruecos, desde febrero de 1913 hasta 1956, cuando se
independizó Marruecos y los españoles fueron expulsados tras 43 años de ocupación.
Declarada Patrimonio de la Humanidad.
Nos alojamos cerca
de la plaza principal Hassan II, donde estaba el Palacio Real,
flanqueado por minaretes con mosaicos y altas palmeras. Tenía varias calles con
arcos. Su calle principal era La Luneta. Por allí estaba el Teatro Reina
Victoria.
Callejeamos hasta La Mellah, el antiguo barrio judío, junto al Feddan Park, una réplica de la Plaza España, con una glorieta y jardines. Desde allí se veían las casas blancas escalonadas en la colina, con los minaretes de las mezquitas.
Curioseamos una Farmacia
bereber con tarros de vidrio, que vendía hierbas, cremas, jabones y aceites
para masajes. Visitamos casas señoriales con tiendas de alfombras y
artesanía, y subimos a las azoteas para contemplar las vistas de la ciudad.
En el barrio del Ensanche las porterías de las casas tenían azulejos hasta media altura de pared, de influencia andalusí. Destacaba el Edificio Fénix, antiguo compañía de seguros, o el Cine Avenida, de estilo modernista, con 900 butacas y dos pisos, o el Cine Español, que fue un antiguo teatro. En el barrio estaba el Instituto Cervantes. En la plaza Mulay Mehdi estaba la Iglesia Nuestra Señora de la Victoria y el Consulado Español. Por toda la ciudad había numerosos cafetines con sillas en el exterior, donde los hombres tomaban el té moruno a la menta, o café con leche con un vaso de agua. Tetuán tenía mucho encanto.
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