Šibenik era la ciudad más antigua fundada por dálmatas
croatas en la costa este del mar Adriático. Tenía una bonita
plaza con arcos, edificios de piedra con contraventanas verdes y ropa tendida,
y calles con escaleras ascendentes.
Allí estaba la Catedral de San Jaime, del s. XV y estilo gótico-renacentista
y Patrimonio de la Humanidad. En la fachada exterior tenía un friso con
71 cabezas de piedra de ciudadanos ilustres del s. XV.
La puerta
principal estaba muy labrada con figuras de piedra, y una de las puertas tenía dos
leones custodiando la entrada. La Catedral era la mayor iglesia del mundo
armada solo con piedra, sin ningún soporte de ladrillo ni de madera. En el
interior había sarcófagos de Obispos y un altar con retablo y sillería de mármol.
Entramos en el Batipsterio con el techo tallado en mármol y una pila bautismal.
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