Perast era una
villa marinera con 17 elegantes palacios barrocos del s. XVII y 16 iglesias en
una única calle principal. Era la mayor atracción de la Bahía de
Kotor. La guía de la Lonely Planet decía que parecía “un trocito de Venecia
arrastrado por el Adriático hasta la bahía, y rezumaba melancólicos recuerdos
de su época de riqueza y poderío”.
El pueblo era precioso con casas de piedra blanca, palacios con balcones con balaustradas y el puerto lleno de pequeñas barcas. Lo primero que hicimos fue ir a los dos lugares más emblemáticos de Perast, las dos islas frente al pueblo. El barco nos llevó hasta Gospa od Skipdja (Nuestra Señora de las Rocas). Era una isla artificial en torno a un escollo, donde se halló una imagen de la Virgen en 1452. En esa fecha todos los años los lugareños llevaban piedras en botes para proseguir la labor. Construyeron una iglesia con la cúpula azul en 1630.
La otra isla,
Sveti Dorje, era de menor tamaño y surgió de un arrecife natural.
Albergaba un Monasterio Benedictino entre cipreses y un cementerio. Los
barcos no desembarcaban en ella, la vimos desde cerca con el barco y desde
tierra.
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