En Brest cogimos una Marshrutka, las furgonetas colectivas, para visitar el Parque Nacional Belovezskaya. El parque es Patrimonio de la Humanidad.
Se puede hacer senderismo o coger bicicletas. Nosotros nos apuntamos a una excursión por el parque con un bus que sale a las 11h (hay otra salida a las 14h). Atravesamos bosques de pinos y robles. Caminamos por un sendero y vemos un roble de 550 años, 2m de diámetro y 31m de altura.
El parque se inauguró en 1932, aunque fue un coto de caza de zares, príncipes y secretarios del Partido Comunista. Vimos un tramo del antiguo Camino Real.
Paramos en otro punto del parque con un Museo al aire libre con casas tradicionales. Son cabañas de madera y en el interior hay dormitorios con cunas colgantes, la cocina, sala de caza con una piel de lobo y de oso, un telar y coloridos textiles. En otra cabaña hay una pequeña destilería con alambiques de cobre. Nos ofrecen un chupito de licor fortísimo y una pan de centeno con tocino.
Al final de la excursión visitamos el "zoo", un recinto con varias especies de animales enjaulados: ciervos, osos, lobos, jabalís, águilas, caballos y bisontes. El espacio de los osos y los lobos es muy reducido y da pena verlos.
Los bisontes son los únicos ejemplares europeos que se conservan en el continente, y son los que más interés teníamos por ver. Tienen un recinto más grande con vallas. Vimos una familia de seis ejemplares. El más grande era impresionante, con sus cuernos y su joroba.
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