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sábado, 11 de septiembre de 2021

EL PARQUE NACIONAL MLJET

 

El catamarán de Korkula a la isla Mljet tardó solo media hora. Nos dejó en el puerto de Pomena. Allí compramos las entradas al parque combinadas con el ferry a la isla Santa Marija. El Parque Nacional Mljet tenía 54km2 de mar y tierra. Los lagos de agua salada Malo Jezaro (Lago Pequeño) y Veliko Jezero (Lago Grande) estaban conectados por un estrecho canal. El más grande desembocaba en el mar por el canal de Soline y ambos lagos estaban sujetos al flujo de las mareas. Nos bañamos en el canal, dejándonos arrastrar por la corriente de un lago a otro. Era un gustazo dejarse llevar, contemplando el paisaje de verdes montañas alrededor. 


Caminamos por un sendero forestal bonito, entre pinares y acompañados por el canto de las cigarras. Las aguas de los lagos eran transparentes, se veían peces nadando y las piedras del fondo. La tonalidad variaba del verde al azul intenso. Las ramas de los pinos enmarcaban las orillas de los lagos.


En medio del Veliko Jezero (Lago Grande) había una isla llamada Santa Marija con un Monasterio Benedictino del s. XII. Cogimos una barca, impulsada por energía solar y silenciosa, para llegar. Visitamos la Iglesia del Monasterio y nos dimos un baño glorioso después de rodear la isla y elegir un bonito tramo de la orilla. La verdad es que en todo el parque había preciosos rincones donde bañarse y disfrutar.




sábado, 4 de septiembre de 2021

LOS LAGOS Y CASCADAS DE PLIVITCE

 

Desde Zadar fuimos a visitar el Parque Nacional Plivitce. Era Patrimonio de la Humanidad, el mayor espectáculo natural de Croacia. Lo describían como un laberinto verde en un valle entre montañas, grutas y acantilados con 16 lagos turquesas de aguas cristalinas que vierten sus aguas a través de cascadas y cataratas.

Había varias entradas. Preferimos empezar en la entrada 2 porque accedía a los Lagos Superiores, y luego descender a los Lagos Inferiores. Desde la entrada caminamos hasta un tren panorámico que nos llevó a la Station 3 en la parte superior. Allí empezamos la caminata por un paisaje precioso. Había 18km de puentes peatonales y pasarelas de madera serpenteando entre los lagos. Las pasarelas atravesaban bosques de abetos, hayas y pinos. Los lagos tenían color turquesa y verde esmeralda intenso, y todo estaba rodeado de vegetación con musgo y hojarasca.


El color turquesa del agua variaba según la concentración de minerales y microorganismos, las precipitaciones y el ángulo del sol. Hacía un día soleado de limpio cielo azul y todo estaba espectacular. El agua estaba muy transparente y se veían peces nadando. Encontramos cascadas preciosas, enmarcadas por la hojarasca verde y vegetación.

La atracción principal no eran los lagos sino los cientos de cascadas que los conectaban. Casi toda el agua procedía de los río Bijala (Blanco) y Crna (Negro). Todo su caudal desaguaba en el río Korana, el escultor que corría a través de los karts y daba forma al espacio natural.






Tras varias horas de caminata, comimos en un merendero del parque bureks de queso, los hojaldres típicos. Luego cogimos un barco impulsado por electricidad y silencioso por el Lago Proscanski. El trayecto fue precioso contemplando los reflejos de la vegetación de las orillas en el agua. Era un espejo tranquilo. El barco nos llevó del Puerto 2 al Puerto 3, y allí seguimos la ruta por los Lagos Inferiores. Se formaron en cavidades creadas por el agua de los Lagos Superiores. El musgo y las algas absorbían el carbonato cálcico y las plantas incrustadas crecían unas sobre otras, formando barreras de travertino y creando cascadas.





Rodeamos el Lago Kozjak de 4km de longitud, el más grande y fuimos hasta la Veliki Slap, la cascada más alta de Croacia con 78m de altura. En teoría era la guinda del parque y de nuestro recorrido, pero llevaba poca agua y eran varios hilillos sobre la negra roca. Nos gustaron más otras cascadas. Recorrimos 12km de la ruta H y estuvimos seis horas en el parque. El color turquesa intenso de los lagos entre las ramas de los árboles era único. Disfrutamos mucho de la visita del Parque Plivitce, un Patrimonio merecido. Una maravilla.