Hoi An era un pueblo tradicional vietnamita con casas de colores ocres y amarillos, con portones y ventanas de madera, patios interiores llenos de macetas y tejadillos a diferentes alturas. Estaba en la costa del mar de la China Meridional, junto al río Thu Bon, y fue un importante puerto comercial durante los s. XVI-XVII, cuando los chinos, japoneses, holandeses e indios se asentaron en la ciudad,. Conservaba las influencias chinas y japonesas en su arquitectura. Declarado un merecido Patrimonio de la Humanidad.
El tiempo parecía
haberse detenido en sus tranquilas calles. Los coches tenían el acceso
prohibido y solo circulaban bicicletas, motos y gente con los sombreros cónicos
vietnamitas. Los vendedores acarreaban las mercancías en dos platillos con
un palo apoyado en os hombros, el sistema que les servía para equilibrar el
peso.
Por cada esquina
aparecían faroles rojos, naranjas, amarillos, con algún carácter chino escrito.
Había farolillos de papel de gran colorido, formas y tamaños muy
variados. En las tiendas de artesanía había cerámicas de estilo antiguo
chino, con dibujos azules; brújulas de madera con adornos nacarados, preciosos
tinteros chinos de marfil o hueso trabajado, etc. Paseamos hechizados
observando cada rincón.
Había varias casas-museo, muy interesantes para visitar. Compramos un ticket para visitar cinco lugares históricos. Empezamos por la Tran Duong House guiados por su dueño, un amable y simpático profesor de matemáticas jubilado, que nos ofreció té y explicó la historia de su familia. La casa del s. XIX amplia y espaciosa. Estaba pintada de verde botella, y tenía muebles chinos antiguos, de madera lacada con adornos nacarados.
La casa Tan Ky tenía doscientos años. La familia todavía vivía allí y mostraban parete de su vivienda, el esto era privado. La hija no explicó la historia de la casa, describiendo su estructura y mobiliario. Tenía una planta abuhardillada, y el techo era de tejas cocidas y madera enttrecruzada. También visitamos el Templo de la Congregación Fujian China y el Puente Japonés, construido por los japoneses, de piedra y de estructura cubierta con tejadillo, unido por un extremo a una Pagoda Budista. Era un símbolo de Hoi An.
Dimos un paseo en
barca por el río Thu Bon durante tres horas, viendo las casas y el paisaje de
las orillas. Fuimos a una aldea donde trabajaban los carpinteros, entre los
ruidos de matillos y escalpelos, y a otra aldea de alfareros. Pasamos por
varios astilleros pequeños donde fabricaban barcas de madera artesanalmente.
Otro día
alquilamos bicicletas y fuimos a la playa de Lua Dai, a 4km de Hoi An. En
el trayecto atravesamos un precioso paisaje de arrozales inundados de
agua, con bueyes y palmeras. La playa tenía hileras de palmeras, arena blanca y estaba solitaria.
Nos bañamos en el mar del sur de China. Vimos a los pescadores con sus
redes, faenando. En alguna canoa era la mujer quien remaba y el hombre pescaba.
Otras redes estaban fijas sobre postes. Algún pescador usaba las pequeñas cestas
circulares hechas de bambú, manejadas con pértiga.