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miércoles, 7 de diciembre de 2022

ISLA MARTINICA, FORT DE FRANCE

 

Llegamos en ferry desde Rosseau, Isla Dominica, en un trayecto de dos horas. La Isla Martinica formaba parte de las Antillas Menores en el mar Caribe. La primera visión fueron grandes montañas verdes, salpicadas por las pequeñas manchas blancas de las poblaciones. La capital Fort-de-France era una ciudad agradable y grande con edificios altos sobresaliendo a las casas del barrio francés, y con parques como el Parque de la Savana.




La Biblioteca Schoelcher era un bonito edificio que tomaba el nombre del político francés Victor Schoelcher, famoso por su lucha contra la esclavitud y que decidió legar su colección de 10.000 libros y 250 partituras musicales al Consejo General de Martinica, con la condición de que la biblioteca estuviera abierta al público.



En el centro estaba la Catedral blanca con mosaicos azules. Martinica era una región y un departamento de ultramar de Francia, y se notaba la influencia francesa en su arquitectura y otros aspectos, mezclada con la cultura criolla de las islas. Buscamos los pocos edificios coloniales que quedaban: la Post Office, el Hotel de la Ville, el Teatro Aimeé Cesaire y otros alrededor de la Biblioteca Schoelcher.





domingo, 4 de diciembre de 2022

ROSSEAU, LA CAPITAL CARIBEÑA

Dominica era otra isla de las Antillas Menores en el mar Caribe. Llegamos con ferry desde Isla Guadalupe, en un trayecto de dos horas, con el mar tranquilo. Dominica consiguió la independencia de Reino Unido en 1978, pero era territorio inglés, y pertenecía a la Commonwealth.

Los ingleses y franceses se repartieron las islas caribeñas y con la independencia dejaron de ser colonias pero siguieron ligadas a ellos. Seguían teniendo intereses en las plantaciones de caña de azúcar y de café, cacao, vainilla.

Tuvimos que pasar el control de pasaportes y nos pusieron el sello del país.



Rosseau era la capital de Dominica, entre verdes montañas. Se veía más ambiente caribeño y nos gustaron las casas de madera de colores, con balcones y buhardillas, y sus tranquilas plazas arboladas con glorietas.

Vimos la Catedral de Rosseau, hecha de piedra oscura volcánica y en restauración desde hacía años. No pudimos ver el interior y sus vitrales.





Visitamos el Museo de Dominica, sobre la historia de la isla y sus gentes. Los primeros pobladores fueron mesoamericanos, indios del río Orinoco que vinieron en canoas, y de México. Reproducían una habitación de la época colonial con su escritorio y el aparador alacena para los platos. Exhibía utensilios de piedra (hachas, morteros) y objetos antiguos (gramófonos,cestos,sombreros)... 

El edificio frente al Puerto, donde estaba ubicado el museo era de 1700. En sus porches se establecía el mercado. Había fotos antiguas de los dominicanos vestidos con trajes de algodón blanco, algunas familias posaban para el fotógrafo; otros estaban en el mercado o en la calle, haciendo su vida cotidiana. Fue interesante.


Pasamos algunos días en la isla visitando las Cascadas Trafalgar, las  piscinas de aguas sulfurosas y el Lago Freshwater en el Parque Nacional Morne Trois Pitons.