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martes, 4 de agosto de 2015

EL DELTA DEL OKAVANGO (2). RESERVA MOREMI

El segundo día en el Delta del Okavango contratamos una excursión a la Reserva Moremi. Leímos que la Reserva reunía la mayor concentración de vida salvaje del continente.

Fuimos en un jeep con asientos traseros abiertos, por pistas arenosas. En dos horas llegamos a la puerta sur de la Reserva. Allí nos registramos y desayunamos. Nada más entrar nos recibieron varios grupos de diferentes especies de antílopes: impalas, kudus, Steinbock y Tsessebe. Había antílopes con cuernos y sin ellos, con cuernos cortos y largos, negros a anillados blancos y negros. 




En seguida vimos elefantes cogiendo hojas de las ramas con su trompa y arrancando ramas enteras. También se frotaban contra los troncos y llegaban a partirlos. Eran unos destructores de árboles, pero muy bellos. Podían comer unos 300kg y bebían 160 litros de agua diarios. Cada trago con la trompa eran unos 9 litros. 


Encontramos grupos numerosos de jirafas, algunos de treinta ejemplares, con su bonita piel reticulada También vimos ñús, hipopótamos en tierra con pájaros sobre el lomo, hipopótamos en el agua sumergidos, cebras, facoceros y serpientes, las águilas eran sus depredadores. Las mangostas correteaban y comían insectos.






El jeep se metió por las pistas de la sabana, por una zona de hierba alta amarilla, territorio de los leones. De repente paró y el guía señaló una mancha marrón a lo lejos. No veía nada, pero entonces se movió. Nos aproximamos más y distinguimos una leona merodeando arriba y abajo. Y entonces sucedió la gran sorpresa: tras un termitero blanco asomó la cabeza de un león con su melena. Nos aproximamos a pocos metros del termitero, y entonces el león se levantó, imponente. Fueron unos momentos inquietantes. El león nos miró y me sentí desprotegida con los asientos abiertos del jeep. Dos zancadas y llegaba hasta nosotros. Pero decidió ignorarnos y retrocedió marchándose. Impresionante.



Comimos en la Laguna Xini, un marco inmejorable. Nos sentamos en el tronco de un árbol a contemplar la laguna y aparecieron antílopes, ñus, jirafas y elefantes simultáneamente. Nos recordó a la laguna del Parque Nacional Etosha, en Namibia. Las jirafas abrían sus patas delanteras en triángulo para poder llegar al agua a beber. Se acercaban a la orilla lentamente y con cautela, vigilantes.

Había un grupo de elefantes bañándose. bebiendo y echándose barro con la trompa para refrescarse. Uno de ellos amenazó a una jirafa, que acabó por irse, pero con paso lento, con dignidad. Luego los elefantes desfilaron en hilera con sus crías pequeñas junto a la orilla, ondulando sus trompas, y se perdieron en la sabana. Fue emocionante y todo un privilegio ver la fauna salvaje en su hábitat natural y contemplar la naturaleza del entorno.




jueves, 17 de mayo de 2012

LAGUNAS DE ETOSHA

 
 
 
El Parque Nacional de Etosha en Namibia tiene 20.000km2 y significa “el lugar del agua seca”. Al ser una zona tan seca en las lagunas, charcas y abrevaderos se concentran los animales a beber y es una excelente oportunidad para observarlos.
La laguna de Okaukejo fue la más espectacular. Encontramos manadas de animales bebiendo y nos sorprendió ver diferentes especies juntas, conviviendo sin problemas. Al mismo tiempo que un grupo de jirafas se acercó una manada de antílopes, cebras en grupos de diez o quince, aves y un chacal. Todos iban a beber y estaban alertas pero no se molestaban entre sí. Aún así vimos a dos chacales acosando a un antílope que echó una carrerilla, pero luego los tres mantuvieron las distancias y los chacales no atacaron. Las  hienas moteadas acechaban entre la hierba.
 
 
Manadas de búfalos, llamados Blue Wildebeest.
 
 
 
Elefantes en la puesta de sol.




Cebras reflejándose en la laguna. Y todas las combinaciones de animales posibles.




El plato fuerte fue encontrar un león sediento. Caminó majestuoso hacia la laguna y vimos la reacción de los otros animales ante su presencia y cercanía. Primero se quedaron estáticos observando cómo se acercaba; algunos antílopes springbok corrieron. Las jirafas y cebras mantuvieron su dignidad. Luego se fueron apartando a su paso. El león hizo algún amago de ataque, más bien un tanteo o una demostración de su poder. Porque eran las leonas las que cazaban y un león solo no solía atacar a una jirafa cuando estaba rodeada de varias de su especie que la defenderían. El león sació su sed y al final acabó tumbándose perezoso junto a la laguna. Todo un espectáculo de la naturaleza.



© Copyright 2012 Nuria Millet Gallego