En el Parque Nacional Murchinson Falls nos alojamos en el Red Chilli Hideaway, cerca del río Nilo Victoria. El campamento ofrecía bungalows, llamados bandas, tiendas con camas y tiendas clasicas. Pasamos una noche en bungalow con baño interior, y otra en tienda con camas.
Allí contratamos un safari (game drive). Partimos a las seis de la mañana en un jeep abierto. Recorrimos los dos tipos de sabana del parque: la sabana húmeda y la sabana seca, con hierba alta dorada.
Primero encontramos una jirafa aislada y luego grupos de jirafas. Eran de la especie jirafa reticulada, una bonita piel. Se movían lenta y elegantemente, comiendo de las ramas altas.
Después encontramos manadas de 10 a 15 búfalos con grandes cuernos. Sobre el lomo transportaban aves que los desparasitaban. Era un beneficio mutuo entre búfalos y aves, una simbiosis natural. Nos miraban vigilantes, resultaban imponentes.
Por la pista de tierra roja cruzaban de vez en cuando antílopes y elefantes. Los antílopes, de piel marrón anaranjada, eran los más abundantes. Había antílopes de diferentes tipos: impalas, elands, ciervos, gacelas o waterbucks.
Los elefantes eran muy bellos, con grandes orejas y colmillos blancos. Vimos una familia con su pequeña cría. Comían hierbas con la trompa y se daban aire moviendo sus orejas. Había manadas de elefantes entre los árboles.
Lo más impresionante fue encontrar a un grupo de ocho a diez leones, descansando a la sombra de un árbol. El gran león nos miraba impertérrito, con su melena. Cerca descansaban varis leonas y sus crías, alguna dormitando estirada. Nuestro jeep abierto estaba muy cerca, y ni se movieron. Pudimos observarlos bien. Era un espectáculo de la naturaleza.
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