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jueves, 13 de noviembre de 2025

IRAK: LAS MARISMAS DE MESOPOTAMIA



Las Marismas de Mesopotamia en Chibaiyish son una extensa zona de humedales, formada por el río Éufrates. Las orillas tienen plantas acuáticas como la totora, juncos y bambús. Alcanzan hasta 2m de altura.

Llegamos desde Basrah (Basora), a 113km. En el embarcadero nos subimos a una canoa con motor en un trayecto de dos horas. Navegamos lentamente entre los cañaverales que se reflejaban en las aguas verdosas.



Encontramos muchos búfalos negros con grandes cuernos. Algunos estaban medio sumergidos en el agua, refrescándose. Otro llevaba un pájaro blanco sobre su lomo. Pasamos casi rozándolos con la barca. También se veían aves tipo garzas y patos.




En las orillas había casas tradicionales con techo arqueado, construidas con totora y juncos trenzados, llamadas "mudhifs". Se reflejaban en la superficie del agua con una simetría perfecta. Algunas eran más modestas y estaban sobre montículos de terreno ganado al agua, acumulando cañas y barro.





Nos cruzamos con varias canoas de pescadores, que manejaban con largas pértigas. Cada vez había menos pesca en la zona y las condiciones de vida en la región se hacían más difíciles. Era un ecosistema amenazado por el cambio climático, la contaminación del agua, la explotación petrolífera y la construcción de presas.



Paramos en uno de los "mudhifs", las casas tradicionales hechas de totora, con cuatro pilares frontales y siete arcos de gran altura. Leímos que siempre se construían con número impar de arcos. Tiene ventiladores el el techo, faroles en los pilares interiores y esteras en el suelo. Es una tetería y también preparan allí el pescado del río, pero en el momento en que vamos está vacía. Nos sentamos en las esteras, apoyados en cojines, observando los detalles de la construcción ancestral. Es un espacio especial y evocador de la vida de los árabes de las marismas.




Los padres de nuestro barquero nos obsequian con té (chai), leche de búfala endulzada y pan árabe. Aunque no sabían nada de inglés nos comunicamos con sonrisas y les agradecemos el gesto.



Vemos el Monumento a los Mártires masacrados por Saddam Hussein. Es una gran cúpula plateada, que vimos antes desde el río, reflejada en el agua. Luego desembarcamos y entramos en el interior, con la cúpula pintada de azul intenso y suelo de mosaicos. Otras tumbas están fuera, en el cementerio.
 
Antes de la Guerra del Golfo, Saddam Hussein quiso apropiarse de los terrenos de aquellas gentes para hacer prospecciones y obtener petróleo. Eso provocó las matanzas y que la población huyera. Han vuelto solo una minoría. Es un bonito memorial. Ante la cúpula hay una estatua representando unas manos asiendo bambús.



sábado, 1 de marzo de 2025

EL PARQUE NACIONAL LAGO MBURO

 

La última etapa en nuestro viaje a Uganda fue el Parque Nacional Lake Mburo. Era el único parque del país donde podían verse cebras. Pagamos la entrada de 40$ por persona y en la misma oficina del parque nos apuntamos a dos excursiones: el safari y el barco por el lago.

Como llegamos al atardecer, pasamos la noche dentro del parque, en el Rwonyo Rest Camp, un alojamiento económico gestionado por la Uganda Wildlife Authority (UWA).


Al día siguiente nos recogió el ranger Hillary con un jeep con el techo abierto para ver los animales. Había centenares de cebras en manadas, pastando en la sabana con sus crías o desplazándose en hileras entre los grandes termiteros de la sabana dorada.

Las cebras vivían de 15 a 17 años. En cada grupo había una hembra dominante y protegían a las crías en el centro del grupo.

También abundaban las jirafas reticuladas, como en el P.N. Murchinson Falls. Vimos antílopes de varios tipos, con cuernos y sin ellos (elands, waterbucks, impalas). Los warthogs, una especie de jabalí salvaje con colmillos, deambulaban buscando comida.

Las jirafas hembras tenían dos protuberancias en la cabeza; los machos tenían tres protuberancias. Comían las hojas de las acacias y los matorrales. En una zona encontramos una docena de jirafas junto a un grupo de seis cebras, comiendo en armonía.



El plato fuerte fue una laguna de aguas verdosas, donde se reunían todos los animales a beber. Alrededor se juntaban cebras, búfalos, antílopes, warthogs, y en el agua había hipopótamos sumergidos. 

Los antílopes metían sus patas en el barro y a veces les costaba salir de lo denso que era, como arenas movedizas que succionan. Era un espectáculo ver como llegaban auténticas manadas de cebras, el animal más numeroso, y búfalos. Bebían amontonados y se iban caminando en hilera. Los animales se reflejaban en las aguas verdosas. Un escenario inolvidable.




Luego cogimos el barco por el Lago Mburo. Tenía 10km de perímetro y unos 10m de profundidad. Había distintas especies de aves como el águila pescadora, que podía distinguir una serpiente a 100m de distancia.

En las orillas del lago crecían papiros de plumero y vegetación. Se agrupaban hojas verdes flotantes, como nenúfares. Fue un trayecto muy relajante.



Los grupos de hipopótamos asomaban sus ojos y orejas rosadas, y a veces el lomo. Vivían 500 hipopótamos en el lago. Los hipos bebían 200 litros de agua al día, dormían 5 horas semi sumergidos y vivían unos 50 años. A veces el padre hipopótamo cometía un infanticidio, asesinando a su propia cría macho porque podía ser su competencia en el grupo. Una crueldad de la naturaleza.

También vimos cocodrilos del Nilo, uno en la orilla fangosa, y el otro una cría sobre un tronco, que se lanzó al agua al sentirnos próximos.

Navegamos por el lago con un grupo de escolares uniformados de Kampala. Nos hicimos una foto con ellos. El Parque Nacional del Lago Mburo nos gustó mucho y fue la despedida del viaje a Uganda.



miércoles, 19 de febrero de 2025

PARQUE NACIONAL QUEEN ELIZABETH (1)



En el Parque Nacional Queen Elizabeth contratamos un safari para ir al sector de Ishaha. Fuimos por pistas de tierra, bordeadas por acacias planas. Vimos manadas de antílopes y búfalos, algunos elefantes y aves.

Había antílopes de varios tipos, con cuernos y sin ellos. Los búfalos transportaban los pájaros blancos sobre el lomo, que les libraban de moscas, insectos y parásitos.



En la pista encontramos grupos numerosos de monos babuinos que nos miraban pasar. Nosotros también los observamos.

Lo que no encontramos fueron los leones trepadores de árboles, que subían a las ramas para escapar del calor y los insectos. Buscamos con atención los árboles más fuertes y miramos las ramas, pero nada. Vimos leones en el Parque Nacional Murchinson, pero en Ishaha los leones no aparecieron. Otra vez será...




Nos alojamos en el Engiri Game Lodge, en una cabaña con porche, dentro del parque. Por la mañana temprano y por la noche después de las siete, para volver a la cabaña había que ir custodiado por un guardia, por los encuentros fortuitos con algún animal.

Cada mañana venía un elefante a pedir comida en la puerta de la cocina, y le daban una cesta con frutas. Pero si le parecía poco arrancaba algunas hojas o ramas del jardín. Desayunaba con nosotros.