Desayunamos en el
balcón de nuestra pequeña habitación de madera, frente al río. Un pescador
solitario, con un sombrero cónico, lanzaba sus redes. Estábamos en el sur de
China, en Fenghuang: una ciudad amurallada en las orillas del río
Tuo, y el asentamiento de las
minorías étnicas Miao y Tujia. Había sido declarada Patrimonio de
la Humanidad en el 2009, y los patrimonios no suelen defraudarme. Las
guías escritas le atribuían un misterioso encanto, con casas y comercios
tradicionales, y templos ancestrales.
La ciudad era muy
turística, con mayoría de turismo local chino; prácticamente éramos los únicos
turistas occidentales. Nos sobró la música nocturna de los bares. Pero nos
atrapó. Conservaba las viejas casas de tejadillos
oscuros con musgo. Algunas eran palafitos
sobre el río, con largos pilotes oscurecidos por la humedad. Muchas tenían los
balcones de madera restaurados. Conservaba dos puentes de piedra con arcos, y
otros de pilares para cruzar saltando el río.
El agua era de un color
verde intenso, y se veían barcas de remo deslizándose lentamente. Por la calle
nos cruzábamos con ancianas con unos gorros
altos que parecían cestas envueltas en turbantes azules. Vendían guirnaldas
de flores para las turistas chinas y artesanía textil. Iban vestidas con
chaquetilla y pantalones anchos azules, con una cenefa de flores. El alto gorro
estilizaba sus figuras.
Los comercios ofrecían
setas, kiwis confitados, frutos secos con especies picantes, pinchos de
cangrejo, de calamar, de salchichas, de carne, piruletas de gambas diminutas
tofu frito con especies…Comimos en un puesto callejero ante el río: pinchos de
calamar, patatas y buñuelos con nueces.
Vimos templos antiguos
y una Pagoda de siete niveles junto
al río. Cenamos en una cálida y vieja taberna, cerca de la pagoda. Unos gatos
maulladores nos hicieron compañía. Había demasiados comercios, pero gracias a
sus casas antiguas no costaba imaginar la vida de la ciudad en otros tiempos.
© Copyright 2010 Nuria Millet Gallego
Nos cuentas muchas curiosidades de China, entre otras cosas me ha llamado la atención la descripción que haces de las ancianas, tus fotos son preciosas, es todo un regalo poder visitar China.
ResponderEliminarBesos Nuria