domingo, 24 de octubre de 2010

LAS CUEVAS DE MAIJI SHAN

 




Un día gris y con llovizna partimos de Xian en tren hasta Tianshui. El trayecto duró unas tres horas, y al llegar, los dioses nos sonrieron y salió el sol. Las cuevas estaban excavadas en una gran montaña de roca rojiza. Varias pasarelas y escaleras en espiral permitían el acceso. El entorno estaba muy verde y la ascensión permitía ver el paisaje.

Había dos grupos de tres grandes figuras verticales de Buda. Las estatuas de las cuevas conservaban los pigmentos rojos, azules, ocres…eran las más cromáticas que habíamos visto hasta entonces. Vimos el proceso de elaboración de las estatuas: primero hacían un modelo esquemático con madera, después lo cubrían con cañas y finalmente lo recubrían con capas de arcilla y escayola.





Se inició su construcción en el s. IV, pero varias dinastías habían añadido esculturas. Se consideraban los complejos budistas más antiguos de China. Sobre su construcción leímos que no estaba claro si habían utilizado andamios de madera para acceder a tanta altura, o habían acumulado piedras.

En la parte alta había un corredor con nichos ocupados por varias figuras y protegidos por una cornisa de roca. Parte del corredor alto se había derrumbado, tras haber sufrido varios terremotos. La altura impresionaba y el fuerte viento provocaba ruidos en las escaleras. En las paredes terrosas los visitantes colocaban billetes pequeños de yuan, sostenidos por ramas. Tal vez en petición para que no sucedieran más terremotos o como ofrenda a los dioses para conseguir una vida mejor, peticiones que igualan a todos los creyentes en cualquier lugar del mundo.

 

© Copyright 2010 Nuria Millet Gallego

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