Hama
es una ciudad siria, cruzada por el río
Orontes, y conocida por sus viejas norias
de madera. Está situada a pocas horas de autobús de las históricas y
preciosas ciudades de Damasco y Alepo. Las norias habían existido desde el s.V o antes. Eran grandes ruedas
hidraúlicas de madera que sobrepasaban los veinte metros de diámetro y tenían
la altura equivalente a 4 o 5 pisos. Desde cerca la madera estaba tan gastada
que parecía metal gris. Actualmente se conservan 17 norias.
La mayor parte de la
ciudad fue destruida por un bombardeo en
1982. Estaban reconstruyéndola con piedra nueva. La Ciudad Vieja tenía Mezquitas
y una Sinagoga. Era un gusto pasear
por los verdes y tranquilos jardines de la orilla del río. Y en el centro las
calles eran un hervidero de familias paseando y comprando en los comercios del Bazar. Allí probamos
un dulce típico de Hama, hecho de queso y miel, enrollado en una torta.
Cuando estuvimos, un
grupo de adolescentes jugaba a lanzarse al agua desde las palas de la noria,
compitiendo en altura. Al ver que les hacíamos fotos no dudaron en posar y
tirarse desde más alto y haciendo acrobacias, entre risas. Luego se acercaron a
ver sus fotos y a charlar con nosotros en el atardecer, mientras el sol teñía
de dorados la ciudad vieja y contemplábamos el reflejo de las norias en las
tranquilas aguas del río Orontes. Uno de esos momentos buenos de los viajes.
© Copyright 2008 Nuria Millet Gallego
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