El Mercado de Pescado Jalgachi en Busan era el más grande de Corea, según leímos. Busan era una moderna ciudad costera en la desembocadura del río Nakdong. Su mercado era impresionante, con mucho ambiente. Había una variedad enorme de pescados: anguilas, salmonetes, pulpos, atunes, rapes, pepinos de mar y babosas, langostas y gambas, ostras, almejas y mejillones gigantes de 30cm (¡) Alrededor había puestos callejeros con peces vivos en cubetas y peceras, y restaurantes dentro del mercado, que cocinan lo que se elige.
Cenamos en el restaurante de Jackie en el segundo piso, una deliciosa sopa de pescado y gambas braseadas, acompañadas del montón de platillos habituales. Jackie nos explicó que su octogenaria madre fue la fundadora, y que llevaban varias generaciones de su familia en el mercado.
Las comidas coreanas pueden reunir
hasta 17 platillos, formando una estética composición.
Es típico el kimchi, una preparación fermentada con diferentes vegetales,
principalmente col, pero también pepinos, berenjenas, calabaza o rábanos, de
sabor avinagrado. A veces usaban anchoas o gambas en salmuera para la
fermentación. Era un método para conservar los vegetales en invierno. Como
curiosidad el kimchi está considerado Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad. También es típico el Panjeon, especie de
tortilla con cebollinos y a veces gambas. El Bibimbap es un plato
de arroz, carnes, huevo y verduras con salsa picante.
A los coreanos les gustan las parrilladas de carne y pescados como el Mackerel, un tipo de caballa. En los puestos callejeros ofrecen gambas en tempura, repollo, berenjenas marinadas, acelgas, tofu, arroz, noodles y dumplings, las empanadillas chinas. En cuanto a bebidas, probamos el Makgeoli, un vino de arroz. La gastronomía coreana fue una parte importante del viaje.
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