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jueves, 16 de febrero de 2023

AL ULA, ELEPHANT ROCK Y MARAYA


El pueblo de Al Ula, al norte de Arabia Saudí, estaba asentado en un gran y espectacular valle desértico con palmeras. Se extendía hacia el centro de un wadi, con imponentes acantilados de arenisca roja y dorada. El paisaje con montañas rocosas de formas caprichosas bordeando la carretera fue precioso. A tramos el verde de las palmeras de los oasis contrastaba con las piedras rojizas y doradas.

Jabal Alfil era conocida como Elephant Rock. Cuando llegamos nos impactó. Tenía realmente la forma de un elefante, con la abertura que separaba la trompa. La luz del sol del atardecer la iluminaba y tenía un intenso color dorado. Alrededor había decenas de grandes rocas bonitas. Era un paisaje de fantasía, casi daliniano. Una maravilla.


Frente la roca había una zona de chill-out, un café con divanes, toldos de cañizo, lámparas y antorchas. La zona que más nos gustó tenía unos hoyos circulares excavados en la arena, con cojines, dispuestos para tomar un té contemplando las rocas. Nos tumbamos en los divanes y contemplamos como la luz envolvía el paisaje en tonos dorados cada vez más intensos.


Maraya era un gran edificio con 10.000 paneles de vidrio que reflejaban las montañas circundantes. En el interior había un restaurante y sala de conciertos, donde se había celebrado el Winter Festival, unos pocos días antes de nuestra llegada. Los cristales actuaban como espejo del paisaje, ideal para jugar con la cámara. Era un curioso edificio en medio del desierto, en un entorno espectacular.




Las ruinas de la Old Town nos sorprendieron. Estaban restaurándolas. Recorrimos el laberinto de callejones cubiertos por techumbres de vigas, con casas de adobe y piedra. El Castillo se elevaba sobre una gran roca de formas redondeadas. La calle principal parecía de un pueblo del oeste, con cafetería y terrazas, rodeados por los macizos rocosos. Al día siguiente Al Ula nos reservaba otras sorpresas.