Desde Phongsali
contratamos una excursión a las tribus de las colinas. Había 28 etnias
diferentes en la provincia. Nosotros fuimos a aldeas de la minoría étnica
Akha. Primero cogimos una barca por el río Nam Ou en un trayecto de una hora
aproximadamente; el río se abría ante
nosotros con paredes de vegetación en ambas orillas, con fondo de montañas. La
superficie del agua estaba lisa como un espejo.
Llegamos a un tramo con rápidos en el río y la barca no podía pasar. Los chinos habían construido una gran presa más arriba y desembarcamos en una aldea de cabañas. Una anciana nos preparó té y tallos de bambú asados; se pelaban como los calçots, eran tiernos, como los palmitos y sabían un punto amargo.
Desde la aldea
emprendimos en trekking de cuatro horas y media. El primer tramo fue un bosque
de bambús, había muchos cortados en el terreno. Luego empezamos a ascender. El
paisaje era precioso, muy verde y montañoso, con algunas flores blancas. El
sendero se abría paso entre la vegetación.
La llegada a la aldea Peryenxang fue espectacular. Estaba en la cima de la montaña y se veían unas cuantas cabañas con graneros y empalizadas entre hierba verde. En medio correteaban cerdos negros, gallinas y vacas. Los niños jugaban por allí y se agruparon para recibirnos entre risas. Dimos una vuelta por la aldea y saludamos a los vecinos con un “Sabaidee”.
Las mujeres
Akha cargaban sus hijos a la espalda y se caracterizaban por sus tocados
negros adornados con cadenas, bolas y monedas de plata. Las monedas eran de
diversa procedencia, algunas chinas. Su vestimenta era negra con cenefas de
colores, y sus rasgos de pómulos anchos. Cada tocado era diferente, recargado
de plata, cadenillas y monedas. Las hacía muy especiales.
Cenamos con la
familia a la luz de un quinqué sopa de champiñones, arroz, verduras, noodles y
el tubérculo taro, parecido a la patata. Hablamos un poco con ellos, a nivel
básico, y nos acostamos temprano. Al poco oímos la lluvia cayendo con fuerza
sobre el tejado.
Al día siguiente nos despertaron los cantos de los gallos. Pasamos el día caminando y viendo otras aldeas: Peryenxang Khao (Khao significa vieja) y Chakampa. Caminamos 16km. Una barca nos llevó hasta la presa y allí cogimos un bus hasta el pueblo de Hatsa. Por aquella zona las mujeres llevaban otros tocados coloridos y con forma puntiaguda. Luego tocó el regreso a Phongsali. Fue una excursión breve, pero curiosa y muy interesante.