En Guatemala llaman a los niños patojos o patojitos.
Y sus patojos son preciosos. El cerdo es el coche, y el coche es
el carro. En la carretera se veían carteles avisando “No maltrate las
señales”. En Chichicastenango, que abrevian como Chichi, encontré una
cantina con este rótulo: “La cantina donde lloran los valientes”. Un
nombre que parece sacado de la novela “Bajo el volcán” de Malcom Lowry.
No fue allí, sino en otra fonda
de Antigua, donde encontré estas frases que leí mientras disfrutaba de una
cerveza Gallo bien fría, acompañada de guacamole. Una muestra del ingenio y la
picardía popular. Las copié en mi cuaderno de viaje, y os las ofrezco aquí,
para tomarlas acompañadas de una cerveza y un aperitivo en este domingo.
- Como me gusta la sopa cuando la
gallina es gorda, pero más me gusta la cocinera cuando la patrona es sorda.
- El que enviuda y se vuelve a
casar, algo le debe al diablo y se lo quiere pagar.
- La que quiera marido sin
defectos, que no se case.
- No tengas trato con parientes
ni deudas con ausentes.
- Si honradez y educación te
suenan a magia o arte, levanta el vuelo gorrón y anda a piar a otra parte.
- Para que comprar la vaca si
puedes ordeñar a través del cerco.
- Si el amor es ciego, el
matrimonio se encarga de abrir los ojos.
- Para triunfar no hay que
caminar.., hay que correr.
Guatemala es un país de mucho
colorido, hasta las tumbas de los cementerios están pintadas de vivos colores,
y en la entrada al cementerio te recibe una frase “Al pasar esta puerta se
cancelan los odios y se olvidan los rencores”. Los muertos tal vez sí, pero
los vivos tienen mucho que recordar en ese país. Aunque siempre es mejor mirar
al futuro.
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Copyright 2003 Nuria Millet Gallego