jueves, 16 de noviembre de 2023
SAL, EL MUELLE DE LOS PESCADORES
martes, 16 de mayo de 2023
LA GARGANTA TAROKO
Taiwán tiene en
total nueve parques naturales, el más conocido y visitado es el Parque
Nacional Taroko, de 960km2. La Garganta Taroko es un
impresionante desfiladero de 19km con paredes de mármol. El río Liwu serpentea
entre las paredes del cañón. El nombre Taroko deriva de la tribu truku, los
aborígenes que se retiraron a esta región, inaccesible durante mucho tiempo.
Nos alojamos en Hualien,
como base para visitar el parque en un par de días. Un shuttle bus amarillo
llegaba hasta el Centro de Visitantes y hacía varias paradas. Había varios
senderos para recorrer; empezamos por el Shakadang Trail, de 8km ida y
vuelta. Íbamos caminando por la ladera de la garganta, por una pasarela con
tramos de bóveda de roca sobre nuestras cabezas. Las montañas estaban muy verdes,
llenas de vegetación, con algunas brumas bajas. Plantas de hojas gigantes y helechos bordeaban el sendero. Caminamos paralelos al río Liwu. La erosión del
río combinada con las lluvias tropicales transformaron la piedra caliza en
mármol blanco. El agua del río se veía verde intenso.
Seguimos el recorrido por el Santuario de la Eterna Primavera, también llamado Santuario Changchun. Estaba en la ladera de la montaña, no muy alto. Fue erigido en memoria de los 262 soldados obreros que perecieron en la construcción de la carretera, dinamitando las montañas y horadándolas haciendo túneles durante tres años. Lo formaba un templo blanco con tejas naranjas y una gran puerta de arco, y dos pagodas. La pagoda central tenía tejadillo de tejas azules y por debajo de ella caía la cascada en varios hilillos de poco caudal. La tercera pagoda tenía tejas naranjas y columnas rojas. Era un bonito rincón. Atravesamos un gran puente metálico rojo, pasamos por un largo túnel y por otro puente colgante. Al otro lado un camino escalonado llevaba al Templo Changchun, aislado en medio de las montañas. Caminamos 21,5km en todo el día.
Al otro día
hicimos tres senderos: Lushui, Tunel de la 9 vueltas y Swallow Grotte. El sendero
Lushui era selvático y fuimos contemplando la flora y la fauna. El
recorrido era de 1,9km y circular, tardamos una hora. En medio había un túnel rocoso
muy oscuro de 25m. En 2019 hubo un terremoto que provocó desprendimientos y se
cerró el camino.
El sendero Tunel de las Nueve Vueltas seguía los meandros del río Liwu ,de aguas azul turquesa, corría por el fondo del cañón entre grandes piedras blancas. La erosión del río y de las lluvias había pulido las piedras transformándolas en mármol blanco y veteado. Las paredes de la Garganta eran altísimas, impresionantes. Había alguna cascada y varios puentes colgantes que atravesamos. Caminamos bajo la bóveda rocosa de la pared del cañón. Eran como grutas abiertas al río, protegidas con barandillas en el recorrido. Fue un trayecto espectacular.
Cogimos otro bus para el tercer Trail, el Swallow Grotte (Gruta de las Golondrinas). Tenía 1,3km, un recorrido de una hora. También era un sendero bonito, siguiendo las curvas del río y la Garganta, con túneles tipo cueva con barandillas asomándose al desfiladero. Las cuevas eran grandiosas, iluminadas a tramos, otras oscuras y otras con luz natural de la obertura del cañón. Todos los senderos fueron impresionantes y con espectaculares paisajes.
martes, 2 de diciembre de 2014
RESERVA INDIO MAÍZ
domingo, 24 de abril de 2011
EL BOSQUE TROPICAL DE MONTEVERDE
Fuimos caminando
por pasarelas metálicas pintadas de verde, y atravesamos varios puentes
colgantes a unos 25m de distancia del suelo. Eso nos permitía contemplar
mejor los árboles, sus copas, troncos y raíces aéreas. Había muchos hongos,
musgos y líquenes (la simbiosis entre algas y hongos). Vimos el esqueleto
de varias hojas, de las que solo quedaba el entramado seco, comidas por los
hongos.
Vimos el aguacatillo, el árbol del aguacate, que podía vivir hasta 300 años. Los más comunes eran los árboles llamados María por su flor blanca, o “lengua de vaca” por la forma de sus hojas. También había altos y gruesos cedros, de unos 45m de alto y madera rojiza. El bejuco de agua era un tipo de liana que tardaba 60 años en crecer, y el árbol que llaman estrangulador o matapalo. Resaltaban algunas flores de colores, llamativas entre el verdor.
Había muchas plantas epífitas, que crecían sobre otras plantas o árboles. El nombre también provenía del latín: “epi” (sobre) y “fita” (planta). Sergio nos explicó la diferencia entre el bosque primario, que no había sido alterado en su equilibrio y era más oscuro y denso, y el bosque secundario, que había sido quemado o alterado. Nos mostró zonas de ambos.
Aquel era el hábitat del mítico quetzal, un ave que se dejaba ver poco. Vimos nidos en la hojarasca y otras aves y una pava grande sobre una rama. En el hueco de un árbol hurgó con un palo y salió una tarántula peluda a ver quien la molestaba. Las tarántulas ponían 200 huevos. Las hembras eran más grandes y vivían 15 años, y los machos vivían 5 o 7 años. Nos dijeron que su picadura no era venenosa y mortal, solo era irritante. Fue una excursión interesante y didáctica.
Hicimos otra excursión nocturna. Íbamos en fila, con linterna, y nos parábamos cuando oíamos algún ruido de la hojarasca o una rama crujiendo. Lo primero que vimos fue una mariposa morpho de color azul cielo, endémica de Costa Rica. Con su revoloteo parecía darnos la bienvenida. En seguida encontramos un perezoso en las ramas altas de un árbol. Dormían entre dieciocho y veinte horas, como los koalas australianos, y su periodo activo era nocturno. Eran animales de rutinas cíclicas y si se les encontraba en un árbol era probable que volvieran a él.
Tuvimos la suerte de encontrar un armadillo medio oculto bajo un tronco. Tenía el lomo listado y el hocico alargado. Posó para nosotros de espalda, de perfil y de frente. También encontramos una zarigüeya o zorro en las ramas altas, de la que vimos sus ojos amarillos. Vimos el insecto-palo parado en la parte de atrás de una hoja, y un insecto muy curioso llamado carbunco, que tenía dos luces anaranjadas como si fueran ojos. Como sonido de fondo teníamos el canto de miles de grillos y otros insectos. Cuando apagamos las linternas vimos las luciérnagas voladoras, y las estrellas del firmamento se distinguían con un brillo intenso.