Jartum (o
Khartoum), la capital a orillas del río Nilo, fue nuestra entrada en Sudán.
Es una gran ciudad africana de más de ocho millones de habitantes, con museos, cafés y restaurantes, avenidas arboladas, edificios bajos y un discreto
skyline a orillas del río, en el que destaca el edificio ovalado del Hotel
Corinthia. Pero también mantiene el estilo árabe, en sus mezquitas y sobre todo
en sus coloridos mercados. Cruzamos el río para ir a Omdurmán, la antigua
capital del país.
Primero vimos el mercado de pescado, un recinto no muy grande, al aire libre. Exhibían los pescados en cestas y sus escamas brillaban al sol. Algunos tenían básculas antiguas. Los hombres vestían sus largas túnicas blancas tradicionales con turbantes, y las mujeres sus vestidos estampados con velo.
El mercado de Omdurmán
fue el más animado y colorido que vimos en el viaje. Más adelante nos gustó
mucho el de Karima. Nos gustaron especialmente los puestos de hortalizas, las carnicerías con sus piezas colgando,
las pirámides de grano, dátiles y otros frutos secos. Compramos cacahuetes
tostados. La gente nos acogía con simpatía y amabilidad.
Visitamos la Tumba de
Mahdi, el héroe nacional que derrotó al coronel británico Charles George
Gordon en el asedio de Jartum. La historia completa la cuenta la película “Kartum”,
con Charlton Heston en el personaje de Gordon y Laurence Olivier como Mahdi. Era
un bonito edificio amarillo con tres cúpulas plateadas, entre jardines.
En la ciudad se ven muchos tuk-tuks, los motocarros que también se utilizan como transporte en Asia. El viaje por Sudán acababa de empezar.