Mostrando entradas con la etiqueta velos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta velos. Mostrar todas las entradas
jueves, 8 de julio de 2021
sábado, 23 de mayo de 2009
LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA
Siempre me ha gustado
buscar lugares
míticos. Como la desaparecida Biblioteca de Alejandría,
destruida por un incendio. La actual Biblioteca se inauguró en el 2002, y las
guías la describían con la forma de "un disco gigante inclinado incrustado
en el suelo, como un segundo sol que emerge del Mediterráneo".
La estructura metálica le daba un aspecto plateado y delante tenía un gran
estanque de agua azul intenso. Era toda luz. Tenía gran altura y el techo
inclinado estaba formado por cientos de ventanas formando una enorme claraboya.
Tenía capacidad para ocho millones de libros. Impresionaba.
En las mesas grupos de
mujeres con velos de colores estudiaban con sus apuntes desplegados. Otras
llevaban el velo islámico en su versión integrista, sin conceder tan sólo una
ranura para los ojos, y usaban guantes negros mientras utilizaban ordenadores
de pantalla plana. Todo un contraste.
Tradición
y modernidad.
© Copyright
2015 Nuria Millet Gallego
Labels:
"Bibilioteca de Alejandría",
"lugares míticos",
África,
biblioteca,
contraste,
cultura,
Egipto,
libros,
literatura,
modernidad,
mujeres,
TRADICIÓN,
velos,
VIAJE
martes, 6 de mayo de 2008
EL CHADOR SIRIO
Siria ocupa el lugar 97 entre los
países del mundo en el índice de Desarrollo Humano. La religión mayoritaria es
la musulmana, pero conviven con una minoría de cristianos maronitas y armenios.
El equipaje literario que
llevamos fue “Viaje a la luz del Cham” de Rosa Regás, y “Entre árabes” de Colin
Thubrand, libros que ayudan a acercarse a la realidad del país.
Las mujeres visten el chador negro. Algunas dejaban la
cara al descubierto, y otras sólo una pequeña obertura para los ojos. Era un
contraste ver los vestidos de novia de tul blanco vaporoso y los de fiesta de
colores vivos y mucha pedrería. Las cristianas vestían con ropa occidental,
marcando formas, y se maquillaban mucho la boca y los ojos.
En la Mezquita Omeya de Damasco y
en la Gran Mezquita de Alepo, las viajeras se ven obligadas a vestir la túnica
con capucha que oculta las formas corporales.
Los hombres tradicionales vestían
túnicas blancas o chilabas y pañuelo palestino, a cuadros rojos y blancos, o
turbantes blancos o el fez musulmán, pero predominaban los atuendos
occidentales. En conjunto, había mucha variación en la indumentaria. La ventaja del
chador es que permite pasar desapercibida, lo que siempre es bueno para
observar sin llamar la atención.
Como la curiosidad es uno de los
motores que mueven a esta viajera que escribe, no pude evitar preguntar a
algunos hombres jóvenes su opinión sobre el velo. Un chico joven y moderno me
contestó que para él su mujer era como el sol o la luna, muy valiosa, y por eso
no quería que ningún otro hombre la viera. Ella sonreía a su lado.
Debo decir que, más allá de
tópicos, el pueblo sirio es muy acogedor, siguiendo la tradición árabe, y
recibe al viajero que muestra ganas de conocer y comprender, con curiosidad y
calidez.
© Copyright 2008 Nuria Millet Gallego
Labels:
"Colin Thubrand",
"Oriente Medio",
"Rosa Regás",
armenios,
ASIA,
chador,
Europa,
literatura,
maronitas,
mujeres,
musulmanes,
retratos,
Siria,
túnicas,
velos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)