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lunes, 11 de noviembre de 2024

EMIRATO SHARJAH

Sharjah era el tercer emirato en extensión, y con costa en el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán. Fue una de las poblaciones más ricas de la región, establecida en asentamientos de más de 5000 años de antigüedad.

Paseamos por La Corniche, donde destacaba el edificio del Parlamento. Se veían grupos de rascacielos, entre edificios de menos altura.



La Mezquita Al Noor estaba junto al agua. Era de piedra blanca, con varias cúpulas a diferentes niveles y dos altos minaretes. 


Otra mezquita bonita era Al Zahira, con una gran puerta de mosaicos azules.

Como todos los emiratos tenía una fortaleza, el Fuerte Al Hisn. En la entrada había varios cañones y se accedía por una gran puerta de madera de teca. Era un museo con exposiciones de la familia soberana de Sharjah, los Qasimi, y sobre la historia del Fuerte. 

Había alguna sala amueblada con baúles y divanes. Vimos la sala donde elaboraban la melaza con los dátiles. En la prisión explicaban que los delitos penados era robar oro o camellos, y que solían indultar a los presos por el Ramadán.



Cerca estaba la antigua Muralla de la ciudad, en la que se distinguían las piedras de coral con lss que se construyó.


Continuamos con la casa museo Bait Al Naboodah, de un mercader de perlas. El comercio de perlas contribuyó al enriquecimiento y desarrollo de la región, antes del boom del petróleo. Se acabó cuando los japoneses consiguieron el cultivo de ostras y perlas artificiales. El auge fue desde 1800 hasta 1930.

La casa tenia un patio con columnas jónicas de madera, ventanas con celosías de piedra para la ventilación, puertas de madera labrada, pozo y varias salas.



El Zoco Al Arsah era el más antiguo de la ciudad, muy restaurado. Las tiendas eran bastante abigarradas, vendían lámparas de Aladino, faroles, objetos de latón, cajas decoradas, joyas, piedras, pashminas, alfombras, cámaras de fotos antiguas, gramolas y todo tipo de souvenirs.



El Zoco Central era conocido como Souq Blue, por los mosaicos azules que adornaban su fachada amarilla. El edificio era muy bonito, con dos módulos rectangulares unidos por un puente.
El interior eran galerías modernas de ropa y perfume, básicamente. Vendían las abayas negras que usaban todas las mujeres, y otras de fiesta con mucho brilli brilli.




Visitamos el Museo de la Civilización Islámica ubicado en u precioso edificio frente al mar. De fachada amarilla con cúpula dorada. Nos gustó mucho la sección dedicada a la astronomía, las matemáticas y los inventos. 

Con maquetas interactivas mostraban los mecanismos de relojes, norias, poleas, cajas musicales con bailarinas, astrolabios y otros instrumentos astronómicos.



En la planta superior se exhibía arte islámico: alfarería con grabados, ilustraciones, baldosas, estucos, coranes, etc. En la bóveda central destacaba un mosaico azul con las constelaciones del zodiaco. Todo el museo fue daba mucha información y fue muy interesante. Otros museos interesantes que visitamos fueron el Museo de Caligrafía y el Museo de Arte. Sharjah era capital cultural y tenía 17 museos...






lunes, 20 de febrero de 2023

LA FIESTA EN EL CASTILLO OTOMANO



Jizán (o Jazán) era una ciudad a orillas del Mar Rojo, en el extremo suroeste de Arabia Saudí. Estaba a 1.145km de Riad. Llegamos en avión, en un trayecto de 1h 45. Fue el único avión interno que cogimos en el viaje por el país; el resto lo hicimos con los autobuses de la compañía estatal SAPTCO. La guía de la Lonely Planet le dedicaba unas pocas líneas.

Su mayor atractivo era el Castillo Otomano, en una colina. La luz del atardecer teñía de dorado sus grandes torreones y almenas. Lo encontramos lleno de gente, con ambiente festivo. Ensayaban para la fiesta del Día Fundacional de Arabia Saudí, aniversario de su fundación como Estado, el 22 de febrero de 1727. En esa fecha fue cuando el imán Mohamed bin Saud comenzó a gobernar en la ciudad de Al Diriyah, en el oeste de los que hoy es Riad, para después ir expandiendo su reino por la península arábiga. Aunque el Día Nacional se celebraba el 23 de septiembre.



En el patio había una jaima con alfombras y telas con coloridos estampados. Unas mujeres estaban ataviadas con sus mejores galas, maquilladas y adornadas con joyas de oro. Siguiendo la tradición ocultaban su rostro y solo mostraban sus bonitos ojos. Les pedimos permiso para fotografiarlas y accedieron sonriendo, con sus miradas expresivas.

Había un grupo de niños con túnicas blancas y otro grupo de niñas y mujeres con abayas negras. Desfilaron ordenadamente y ensayaron su ceremonia con la música de los altavoces. Revolucionamos un poco el ambiente y grupos de adolescentes venían a preguntarnos de donde éramos entre risas y a pedirnos fotos. 





Al salir del castillo fuimos al Farasan Island Ticket Center, una pequeña oficina donde reservamos los billetes gratuitos de Ferry para ir a las cercanas Islas Farasán, a 40km de la costa árabe. Teníamos curiosidad por conocerlas. Luego paseamos por La Corniche. Tenía un parque con una noria, a orillas del Mar Rojo. Las familias se sentaban en alfombras en el suelo, tomando té, haciendo pequeños picnics y contemplando el horizonte.



sábado, 18 de febrero de 2023

RIAD, RASCACIELOS Y TRADICIÓN

Riad (o Riyadh) la capital de Arabia Saudí, era la ciudad más grande del reino y una de las más ricas del mundo. Antaño fue una amurallada estación de paso en las rutas comerciales del desierto. Su nombre en árabe significaba “jardín”. Llegamos desde Al Ula, todo un contraste, en un autobús nocturno tras un montón de horas de trayecto, con paradas para cena y toilette.


Empezamos el recorrido en la Fortaleza Masmak del s. XIX. Tenía forma rectangular y estaba hecha de adobe, con cuatro torreones en sus extremos y una quinta torre de vigilancia en la parte central. Estaba en una plaza con palmeras. Fue la residencia de la familia real saudí hasta 1938, cuando se trasladaron al Palacio de Murabba. En el interior tenía un Museo con armas, joyas, vestidos, fotografías, vídeos. Nos gustaron las puertas de madera con adornos de hierro y dibujos geométricosDos niñas la visitaban con sus familias, vestidas con coloridas túnicas festivas. 

Al lado estaba la Gran Mezquita Imam Turki Bin Abdullah. Era una de las más grandes de Arabia Saudí, con capacidad para 17.000 personas. Fue construida en el año 1993 y su nombre hacía referencia al fundador del Emirato del Nejd, que fue el gobernador. Estaba en la gran Plaza Deerah o Al Safa, donde se ubicaba el mercado antiguamente. Tenía palmeras y cafeterías. Pero su lado oscuro era que allí se continuaba ejecutando a los presos según la ley islámica, como si fuera la Edad Media. Unas fuentes apagadas en una esquina marcaban el lugar. Sobrecogía saberlo y parecía increíble, pero era real. 

 

Cerca estaba el zoco Al Thumairi. Tenía muchas tiendas de abayas, la vestimenta tradicional de las mujeres. Otra parte era de antigüedades, con gramolas, teteras, cajas, mesas, taburetes, morteros, puertas, dagas decoradas, radios antiguas, lámparas, alfombras y otros objetos. Un buen lugar donde perderse y curiosear.



El Riad moderno estaba representado por los rascacielos, como el Kingdom Center, coronado por el Sky Bridge, un puente de acero y cristal de 300 toneladas que conectaba las dos torres. Bajo el puente había un gran hueco en el edificio. El rascacielos era el más emblemático de la ciudad, tenía 99 pisos y 302m de altura, fue construido en el 2002. El ascensor de alta velocidad (180km/h) hizo la subida en dos tramos: primero subimos hasta el piso 77 y luego otro ascensor hasta el piso 99. Fue muy rápido, cronometré apenas 2 minutos y casi no se notaba la ascensión. Al llegar al Sky Bridge noté algo de vértigo, al ver los edificios diminutos por los amplios ventanales. La ciudad se extendía a nuestros pies. Destacaba el rascacielos con un gran globo en su parte superior, otros triangulares y otros en forma de vela, entre edificios más bajos. Las vistas eran impresionantes. 

Curioseamos el Centro Comercial ubicado en el mismo edificio del Kingdom Centre. Nos llamó la atención encontrar tiendas de ropa interior, con los maniquíes con sujetadores y braguitas a la vista, todo un contraste con las mujeres compradoras con abayas negras y el rostro cubierto mostrando solo la ranura de los ojos. Las tiendas de lujo no tenían mucho interés para nosotros, lo interesante era el ambiente de la gente paseando. Los halls de los centros comerciales eran tremendos, de gran altura, con palmeras interiores, los árabes lo hacían todo a lo grande.

Riad era una ciudad diseñada para recorrer en coche por las grandes distancias, casi nadie iba a pie. Aún así, la pateamos y paseamos por Riad al anochecer viendo las rascacielos iluminados. El Sky Bridge del Kingdom Center cambiaba de color: rojo, lila, verde, naranja. Había dos edificios con forma de vela, otro iluminado como un abeto navideño. otro con forma de ovni y torres curiosas. Riad nocturna era todo un espectáculo.

Al día siguiente visitamos Diriyah, la antigua ciudad de adobe Patrimonio Mundial. Estaba a 25km de Riad. Fue el hogar ancestral de la familia Al Saud en Wadi Hanifa. Leímos que era uno de los lugares más evocadores del reino. Era un recinto con muros de adobe entre palmeras. Estaba totalmente restaurado, con torreones y casas decoradas con dibujos geométricos labrados en el adobe de las fachadas.