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sábado, 1 de marzo de 2025

EL PARQUE NACIONAL LAGO MBURO

 

La última etapa en nuestro viaje a Uganda fue el Parque Nacional Lake Mburo. Era el único parque del país donde podían verse cebras. Pagamos la entrada de 40$ por persona y en la misma oficina del parque nos apuntamos a dos excursiones: el safari y el barco por el lago.

Como llegamos al atardecer, pasamos la noche dentro del parque, en el Rwonyo Rest Camp, un alojamiento económico gestionado por la Uganda Wildlife Authority (UWA).


Al día siguiente nos recogió el ranger Hillary con un jeep con el techo abierto para ver los animales. Había centenares de cebras en manadas, pastando en la sabana con sus crías o desplazándose en hileras entre los grandes termiteros de la sabana dorada.

Las cebras vivían de 15 a 17 años. En cada grupo había una hembra dominante y protegían a las crías en el centro del grupo.

También abundaban las jirafas reticuladas, como en el P.N. Murchinson Falls. Vimos antílopes de varios tipos, con cuernos y sin ellos (elands, waterbucks, impalas). Los warthogs, una especie de jabalí salvaje con colmillos, deambulaban buscando comida.

Las jirafas hembras tenían dos protuberancias en la cabeza; los machos tenían tres protuberancias. Comían las hojas de las acacias y los matorrales. En una zona encontramos una docena de jirafas junto a un grupo de seis cebras, comiendo en armonía.



El plato fuerte fue una laguna de aguas verdosas, donde se reunían todos los animales a beber. Alrededor se juntaban cebras, búfalos, antílopes, warthogs, y en el agua había hipopótamos sumergidos. 

Los antílopes metían sus patas en el barro y a veces les costaba salir de lo denso que era, como arenas movedizas que succionan. Era un espectáculo ver como llegaban auténticas manadas de cebras, el animal más numeroso, y búfalos. Bebían amontonados y se iban caminando en hilera. Los animales se reflejaban en las aguas verdosas. Un escenario inolvidable.




Luego cogimos el barco por el Lago Mburo. Tenía 10km de perímetro y unos 10m de profundidad. Vimos papiros de plumero en las orillss. Había distintas especies de aves como el águila pescadora, que podía distinguir una serpiente a 100m de distancia.

En las orillas crecían papiros de plumero y vegetación. Quedaban hojas verdes flotantes, como nenúfares. Fue un trayecto muy relajante.



Los grupos de hipopótamos asomaban sus ojos y orejas rosadas, y a veces el lomo. Vivían 500 hipopótamos en el lago. Los hipos bebían 200 litros de agua al día, dormían 5 horas semi sumergidos y vivían unos 50 años. A veces el padre hipopótamo cometía un infanticidio, asesinando a su propia cría macho porque podía ser su competencia en el grupo.

También vimos cocodrilos del Nilo, uno en la orilla fangosa, y el otro una cría sobre un tronco, que se lanzó al agua al sentirnos próximos.

Navegamos el lago con un grupo de escolares uniformados de Kampala. Nos hicimos una foto con ellos. El Parque Nacional del Lago Mburo nos gustó mucho y fue la despedida del viaje a Uganda.



sábado, 15 de febrero de 2025

LAS CATARATAS MURCHINSON

En el Parque Nacional Murchinson subimos a la parte alta de las Cataratas. Un ranger nos dio explicaciones y nos mostró un mapa y un cartel con información sobre Samuel  Baker y su esposa Florence. Baker fue el primer explorador europeo que visitó las cataratas en 1864, y las llamó así en honor al presidente de la Royal Geographical Society.

En el sendero había numerosas trampas para atrapar moscas tse-tsé, que constituían una epidemia en Uganda. Eran una especie de mosquiteras blancas y azules, los colores que les atraían, colgadas de los árboles.




Al inicio del sendero vimos el río bajando con mucha fuera y estruendo, formando espuma blanca. Las microgotas de agua hicieron que se formara un arco iris perfecto.

El río Nilo de unos 40m de anchura, tenía que pasar por una angosta garganta de 7m y las aguas cada vez estaban más revueltas, con remolinos. 





La carretera asfaltada del parque estaba bordeada por una densa vegetación con troncos de árboles forrados de verde hojarasca.  Era el bosque de Bundogo. Allí vimos el Warthog, una especie de jabalí con colmillos. En el bosque vivían cientos de monos babuinos, que trepaban por las ramas de los árboles y se asomaban curiosos a ver quién pasaba. Después de dos fantásticos días en el Parque  Nacional Murchinson, ellos fueron nuestra despedida. 



miércoles, 5 de junio de 2013

EL P.N. KRUGER

Desde Neilspruit fuimos a visitar el Parque Nacional Kruger. Era muy extenso, una franja de 350km de largo por 65km de ancho. Recorrimos su parte sur, entre el río Sabie y el río Cocodrile. Por su vegetación se dividía en varias zonas las tierras al sudeste del río Olifants con muchas acacias y arbustos con pequeñas flores, zona de bosque con sicomoros y caobas, humedales y barrancos.

 

Los rinocerontes eran espectaculares, encontramos un grupo de cinco enormes rinocerontes junto a la pista. Pudimos ver bien sus enormes y afilados cuernos. Por ellos eran víctimas de la caza furtiva. Descansaban apaciblemente, pero no costaba imaginarlos embistiendo. Uno de ellos vigilaba erguido la proximidad de nuestro vehículo. 

El rino black tenía una esperanza de vida de 40 años aproximadamente, una altura de 1,4m-1,6m y un peso de entre 750 y 1040kg los machos, y entre 739-1097kg las hembras. El rino white tenía una esperanza de vida de 45 años. Los machos pesaban entre 2043 y 2300kg, y las hembras pesaban entre 1400 y 1600kg. 





Otro impacto fue encontrar un leopardo moteado, descansando en la orilla del río, y otro entre los arbustos. Vimos sus ojos color verdoso, observándonos. Tremendo felino.


En el río vimos cocodrilos y un grupo de unos diez hipopótamos. Los hipopótamos medio sumergidos dejaban asomar sus ojos redondos como periscopios y sus orejas rosadas. Los que estaban en la orilla comían hierba y movían lentamente sus cuerpos enormes de lomos grises.










Las jirafas reticuladas y las elegantes cebras eran mis animales favoritos. Las jirafas hembras tenían dos protuberancias en la cabeza;  los machos tenían tres protuberancias.






Los búfalos negros parecían llevar una montera en la cabeza astada. Por las pistas encontramos excrementos frescos de animales y buscábamos su rastro. Los excrementos de elefantes eran los más grandes. A uno lo pillamos en plena faena, que acabó con una gran meada antes de alejarse. Encontramos grupos de elefantes con crías, con colmillos blancos. Era un espectáculo verlos comer con la trompa y aletear sus grandes orejas para aliviarse del calor.







Lo más abundante eran los antílopes tipo impalas, elands y kudus. El eland era el antílope de mayor tamaño, el segundo el kudu. Los impalas vivían en grupos de un macho y varias hembras, y podían saltar hasta once metros. Algunos tenían rayas en el lomo, y una especie de diana blanca en el culo.





También había warthogs, la especie de jabalí verrugoso salvaje con colmillos, alguna serpiente y mucha variedad de aves como las gallinas de Guinea moteadas con puntos blancos y con cresta roja.






Un grupo de unos cincuenta babuinos nos salió al encuentro, corriendo por la pista. Algunos tenían a su cría cargada en la espalda. Todos mostraban sus nalgas peladas.


Nos alojamos en el Campamento Pretoriuskop, en bungalows circulares dispuestos en forma de rondavel, en un círculo grande. Andrés Pretorius era uno de los héroes míticos para los afrikáners, al defender a los pioneros del ataque de 15.000 zulús en la batalla épica del río Blood. En su recuerdo dieron nombre a muchas calles de ciudades sudafricanas. 

El P.N. Kruger superó nuestras expectativas, merecía su fama. Estuvimos dos días recorriéndolo, contemplando los animales en su hábítat natural. Su nombre era el recuerdo y homenaje a Paul Kruger, uno de los padres de la nación. Fue uno de los descendientes de los pionero del Gran Viaje, y Presidente de la República de Sudáfrica.