Riad (o Riyadh) la
capital de Arabia Saudí, era la ciudad más grande del reino y una de las más
ricas del mundo. Antaño fue una amurallada estación de paso en las rutas
comerciales del desierto. Su nombre en árabe significaba “jardín”. Llegamos desde
Al Ula, todo un contraste, en un autobús nocturno tras un montón de horas de
trayecto, con paradas para cena y toilette.
Empezamos el
recorrido en la Fortaleza Masmak del s. XIX. Tenía forma rectangular y
estaba hecha de adobe, con cuatro torreones en sus extremos y una quinta torre
de vigilancia en la parte central. Estaba en una plaza con palmeras. Fue la
residencia de la familia real saudí hasta 1938, cuando se trasladaron al
Palacio de Murabba. En el interior tenía un Museo con armas, joyas, vestidos,
fotografías, vídeos. Nos gustaron las puertas de madera con adornos de hierro y
dibujos geométricos. Dos niñas la
visitaban con sus familias, vestidas con coloridas túnicas festivas.



Al lado estaba la Gran
Mezquita Imam Turki Bin Abdullah. Era una de las más grandes de Arabia Saudí,
con capacidad para 17.000 personas. Fue construida en el año 1993 y su nombre
hacía referencia al fundador del Emirato del Nejd, que fue el gobernador.
Estaba en la gran Plaza Deerah o Al Safa, donde se ubicaba el mercado
antiguamente. Tenía palmeras y cafeterías. Pero su lado oscuro era que allí se continuaba
ejecutando a los presos según la ley islámica, como si fuera la Edad Media. Unas
fuentes apagadas en una esquina marcaban el lugar. Sobrecogía saberlo y parecía
increíble, pero era real.

Cerca estaba el zoco
Al Thumairi. Tenía muchas tiendas de abayas, la vestimenta tradicional de
las mujeres. Otra parte era de antigüedades, con gramolas, teteras, cajas,
mesas, taburetes, morteros, puertas, dagas decoradas, radios antiguas,
lámparas, alfombras y otros objetos. Un buen lugar donde perderse y curiosear.


El Riad moderno
estaba representado por los rascacielos, como el Kingdom Center, coronado
por el Sky Bridge, un puente de acero y cristal de 300 toneladas que
conectaba las dos torres. Bajo el puente había un gran hueco en el edificio. El
rascacielos era el más emblemático de la ciudad, tenía 99 pisos y 302m de
altura, fue construido en el 2002. El ascensor de alta velocidad (180km/h) hizo
la subida en dos tramos: primero subimos hasta el piso 77 y luego otro ascensor
hasta el piso 99. Fue muy rápido, cronometré apenas 2 minutos y casi no se
notaba la ascensión. Al llegar al Sky Bridge noté algo de vértigo, al ver los
edificios diminutos por los amplios ventanales. La ciudad se extendía a
nuestros pies. Destacaba el rascacielos con un gran globo en su parte superior,
otros triangulares y otros en forma de vela, entre edificios más bajos. Las
vistas eran impresionantes.
Curioseamos el Centro
Comercial ubicado en el mismo edificio del Kingdom Centre. Nos llamó la
atención encontrar tiendas de ropa interior, con los maniquíes con sujetadores y
braguitas a la vista, todo un contraste con las mujeres compradoras con abayas
negras y el rostro cubierto mostrando solo la ranura de los ojos. Las tiendas
de lujo no tenían mucho interés para nosotros, lo interesante era el ambiente
de la gente paseando. Los halls de los
centros comerciales eran tremendos, de gran altura, con palmeras interiores,
los árabes lo hacían todo a lo grande.

Riad era una ciudad diseñada para recorrer en coche
por las grandes distancias, casi nadie iba a pie. Aún así, la pateamos y paseamos
por Riad
al anochecer viendo las rascacielos iluminados. El Sky Bridge del Kingdom Center
cambiaba de color: rojo, lila, verde, naranja. Había dos edificios con forma de
vela, otro iluminado como un abeto navideño. otro con forma de ovni y torres curiosas. Riad nocturna era todo un
espectáculo.
Al día siguiente
visitamos Diriyah, la antigua ciudad de adobe Patrimonio Mundial.
Estaba a 25km de Riad. Fue el hogar ancestral de la familia Al Saud en Wadi
Hanifa. Leímos que era uno de los lugares más evocadores del reino. Era un
recinto con muros de adobe entre palmeras. Estaba totalmente restaurado, con
torreones y casas decoradas con dibujos geométricos labrados en el adobe de las
fachadas.