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martes, 5 de septiembre de 2023

LA NECRÓPOLIS DE RADIMLJA


La Necrópolis de Radimlja estaba cerca de Mostar, a solo 33km. Era la más antigua de Bosnia y el conjunto de mayor calidad artística. Declarada Patrimonio de la Humanidad. Estaba en un espacio al aire libre, entre cipreses y otros árboles, junto a la carretera.


El recinto tenia 135 lápidas medievales llamadas Stecak, de los s. XII y XVI, grabadas con figuras, dibujos geométricos y cenefas. Entre las formas geométricas destacaban las espirales. Había estelas, sarcófagos y cruces. Estaban decoradas con inscripciones y relieves que representaban gente bailando, guerreros, ciervos y símbolos misteriosos.


La lápida más icónica tenía el relieve de un hombre con su mano derecha levantada y un arco en la espalda. Era la más llamativa y curiosa. Aunque había varias figuras saludando con la mano levantada. Un saludo de siglos de antigüedad.


Leímos que de las 135 tumbas se eliminaron algunas con la construcción de la carretera en la época del Imperio Austro-Húngaro, y otras quedaron aisladas al otro lado. Nos sorprendió que estuvieran al aire libre, expuestas a la erosión del sol y las lluvias, sin que hubieran construido un tejadillo. Pero si aquellas piedras históricas habían resistido tantos siglos, podían perdurar mucho más. Un lugar interesante y curioso.




jueves, 30 de abril de 2009

EL TEMPLO DE LUXOR

 

El Templo de Luxor estaba a orillas del río Nilo, en Luxor, la antigua Tebas. Declarado Patrimonio de la Humanidad. Era de dimensiones más reducidas que el de Karnak, pero también impresionante. Vimos el inicio de la Avenida de las Esfinges con cabezas de carnero, que en el pasado unía los templos de Karnak y Luxor, a lo largo de 3km. 

El templo estaba consagrado al dios Amón-Ra. Ra era considerado el dios del cielo, dios del Sol y del origen de la vida en la mitología egipcia. Los sucesivos faraones fueron añadiendo elementos al conjunto. Las partes más antiguas remontan a Amenhotep III y a Ramsés II. Conservaba numerosas estructuras, patios y una columnata.


Las columnas tenían forma de manojos de papiros, capiteles con forma de capullo de flor de loto, y estaban grabadas con relieves de figuras y jeroglíficos. Los muros estaban decorados con jeroglíficos y grabados en piedra, con escenas de la vida del faraón haciendo ofrendas a los dioses. 






Casi al final estaba el Santuario del Barco de Amón, reconstruido por Alejandro Magno. La barca sagrada se empleaba en los desplazamientos en el Antiguo Egipto. Salía del templo dos veces al año en festividades religiosas, con 60 remeros. Era una barca lujosa, construida en madera con adornos de oro y plata, y con una cabeza de carnero coronado en la proa, símbolo del dios.

Vimos una gran estatua de Horus, la deidad mitológica egipcia, en forma de halcón coronado, y otras veces representado en la figura de un hombre con cabeza de halcón. Por la noche vimos el Templo de Luxor iluminado.









miércoles, 29 de abril de 2009

EL TEMPLO DE KARNAK

El Templo de Karnak era el Gran Santuario de Amón, el gran dios del Imperio Nuevo. Fue el principal lugar de culto de Egipto. Nos sorprendieron sus dimensiones. Era inmenso, un conjunto de santuarios, quioscos, pilares y obeliscos dedicados a los dioses tebanos y la gloria de los faraones. El conjunto estaba declarado Patrimonio de la Humanidad.

Pasamos por la Avenida de las Esfinges, que en el pasado unía los templos de Karnak y Luxor, a lo largo de 3km. Las esfinges tenían cabezas de carnero y estaban sentadas sobre pedestales, eran guardianas y protectoras. Seguían otras avenidas con estatuas gigantescas de faraones con los brazos en cruz.



Traspasamos las estructuras de entrada en forma de trapecio, que llamaban pilones. La estructura principal era el Templo de Amón, el mayor edificio religioso del mundo. Fue el lugar de culto más importante de Egipto y durante más de mil quinientos años. Llegamos a la gran sala hipóstila, un espectacular bosque con 134 columnas de piedra con forma de papiro enrollado. Los antiguos egipcios asociaban la planta del papiro al origen de la vida.


Las columnas tenían capiteles y estaban grabadas con relieves de figuras y jeroglíficos. Los muros estaban decorados con escenas de la vida del faraón haciendo ofrendas a los dioses. En algunas zonas conservaban restos de pintura polícroma: azules, ocres y granates. Vimos pájaros azules, ojos, la cruz llamada Ank y otros símbolos egipcios. Fue la sala que más nos gustó. Paseamos entre las columnas y nos sentamos a la sombra disfrutando del lugar. Una niña de unos cinco años jugaba al escondite con su padre, ocultándose tras las columnas gigantes.











Después vimos un alto obelisco, enormes estatuas de Amón y otros dioses, patios, el recinto de la gran sala de fiestas y finalmente el lago sagrado, con el templo de fondo y rodeado de palmeras. El lago debió servir como escenario de las ceremonias religiosas. En la superficie flotaban plantas verdes. 

Junto al lago sagrado había un escarabeo gigante y la punta de un obelisco labrado. Estuvimos horas visitando con calma el templo de Karnak. Una maravilla histórica.


Por la noche vimos el espectáculo de luz y sonido. Fue un poco naïf pero valía la pena ver la iluminación nocturna del templo. Lo que más nos gustó fue la Avenida de las Esfinges iluminada, la sala hipóstila de las columnas y el Lago Sagrado. Íbamos avanzando por zonas, escuchando el ruido de los picapedreros antiguos, y nos explicaban lo que construyó cada faraón. Nos sentamos en unas gradas en el lago y se iluminaron las palmeras y la superficie del agua.


jueves, 2 de noviembre de 2006

CUEVAS DE ELLORA

 


Tras visitar las cuevas de Ajanta, otro día fuimos a visitar las Cuevas de Ellora, a 30km de Auragabad. Fuimos con el autobús local. Las cuevas de Ellora eran una maravilla de la India medieval, uno de los monumentos más impresionantes de la India, con templos excavados de las tres grandes religiones: hinduismo, budismo y jainismo. Había 12 cuevas budistas, 16 hindúes y 8 jainistas. Dedicamos más de cinco horas a verlas.


Lo primero que vimos fue el Templo Kailash, construido por el rey Krishna I en el siglo VIII en un solo bloque monolítico, y se excavó desde la cima de la montaña hacia abajo. De 30 metros de alto, su entrada está flanqueada por dos columnas de 15 metros cada una y todo el edificio está repleto de elaborados relieves escultóricos. Tenía magníficas tallas, relieves y esculturas de elefantes, apsaras de la mitología hindú y figuras budistas.

Los visitantes locales aportaban color entre las piedras antiguas, especialmente las mujeres hindúes con sus saris de colores y abiertas a conversar y ofrecer una sonrisa al visitante extranjero.


Sobre su construcción la guía de Lonely Planet comentaba: “Se tallaron tres enormes hendiduras en la superficie del despeñadero y luego se esculpió la imagen, ingente empres que supuso eliminar 20.000 toneladas de roca. Mide el doble de la superficie del Partenón de Atenas y una vez y media su altura”. “Todos los templos fueron tallados de arriba abajo, así que nunca hizo falta usar andamios: los constructores empezaron por el tejado y fueron avanzando hasta el suelo”. Era el mismo sorprendente sistema de construcción de las iglesias de Lalibela en Etiopía.



A principios del siglo XIX, John B. Seely, un oficial británico destinado en Bombay, oyó hablar de las cuevas de Ellora y emprendió una expedición para conocerlas. Seely hizo una descripción detallada y entusiasta de todo lo que vio en su libro Maravillas de Ellora, y no exageraba. Las cuevas de Ellora eran una auténtica maravilla de la antigüedad. Eran un merecido Patrimonio de la Humanidad.

En las cuevas vivían muchos murciélagos, a diferencia de Ajanta. Estaban colgados del techo y sobrevolaban a nuestro paso. En la última cueva había una cascada que saltaba sobre el camino y caía en una poza circular.