martes, 14 de mayo de 2019
EL ENCANTO ALBANÉS DE GJIROKASTRA
jueves, 4 de febrero de 1993
HANOI
Hanoi fue mi última etapa en el primer viaje de 1993 por Vietnam. Creí que me gustaría menos que Ho Chi Min, la capital, y me gustó todavía más. Era una ciudad muy agradable, llena de grandes lagos y parques, pagodas y templos, grandes avenidas y pequeñas calles bordeadas de arboledas y llenas de bicicletas.
Nuestro hotel estaba junto al Teatro Municipal, un edificio clásico con columnas, de fachada amarilla. Por la noche se iluminaba como un Palacio.
Paseamos por callejuelas abarrotadas de tiendas que vendían tazones de cerámica para el té. Había coloridos mercados de flores y mercados de ropa militar. Todavía podían verse vietnamitas con los cascos verdes del ejército. Coincidimos con una fiesta del Partido Comunista.
Las calles estaban
llenas de banderines rojos con consignas en letras amarillas. Se veían banderas
vietnamitas rojas con la estrella amarilla de cinco puntas. Leímos que el fondo
rojo simbolizaba la revolución y el derramamiento de sangre. La estrella dorada
simbolizaba la unidad del país y las cinco puntas de la estrella
representaban las cinco clases principales de la sociedad vietnamita:
intelectuales, agricultores, trabajadores, empresarios y soldados. Y
algunas banderas del partido tenían la hoz y el martillo.
Vimos el Templo
de la Montaña de Jade, que estaba en una isla en medio de un lago, al que
se llegaba a través de un puente. La Prisión había alojado a muchos
pilotos norteamericanos, y se conocía irónicamente como “Hanoi Hilton”. Parecía
la Cárcel Modelo de Barcelona, con las paredes color crema. Estaba prohibido
fotografiarla.
Visité el Mausoleo de Ho Chi Minh, el presidente que declaró la independencia de Vietnam en 1945. Allí estaban enterrados sus restos en un sarcófago de vidrio, según la tradición iniciada con Lenin y Stalin, seguida después por Mao. Era un edificio monumental, con columnas y el clasicismo de la arquitectura soviética. Había leído que era imprescindible mantener respeto y decoro en las indumentarias y las actitudes, que estaba prohibido llevar pantalones cortos, mascar chicle, meterse las manos en los bolsillos y cosas de este tipo.
Cerca estaba la Pagoda
de un pilar, construida en madera sobre un pilar de piedra de 1,25m de
diámetro en medio de un estanque de lotos, como símbolo de pureza. Fue
construida en el s. XVI, pero uno de los últimos actos de los franceses antes
de dejar Hanoi en 1954, fue destruirla. El nuevo gobierno la reconstruyó. Paseé
por los jardines que rodeaban el Mausoleo y la Pagoda.
viernes, 15 de enero de 1993
LOS TÚNELES DE CU CHI
Los túneles de Cu Chi estaban cerca de la capital Ho Chi Min, a 44 km. Los vimos acompañados de un guía y un niño. Caminamos por un sendero en la jungla hasta la entrada de los túneles subterráneos. Estaban excavados a tres niveles bajo el suelo. Las galerías eran pequeñas y estrechas, a medida de vietnamitas, no aptas para claustrofóbicos ni para turistas grandes.
Los túneles se utilizaron durante la Guerra de Vietnam. Había 200 km de túneles. Nuestro guía nos enseñó las trampillas que se hundían al pisarlas y hacían caer a los enemigos en un foso lleno de puntiagudos juncos, que los ensartaban. Las galerías estaban conectadas entre sí, tenían orificios de ventilación, cocinas con un sistema de salida de humo para que se absorbiera gradualmente por el subsuelo y no los delatara ante el enemigo.
Tenían almacenes, hospitales, camas y salas de reuniones. En la habitación del comandante había una máquina de escribir sobre una mesa, con tazas de té, sillas y un radioteléfono. Todo colocado como si el comandante acabara de salir de allí. Siempre ha habido ciudades subterráneas con la misma finalidad, ocultarse del enemigo invasor.
La Guerra de Vietnam fue un conflicto bélico que duró 20 años, entre 1955 y 1975 para reunificar Vietnam. Se enfrentó al gobierno comunista de Vietnam del Norte y sus aliados en Vietnam del Sur, (conocidos como el Viet Cong), contra el gobierno de Vietnam del Sur. El Norte estaba respaldado por China y la Unión Soviética, su principal aliado. Y el Sur estaba apoyado por Estados Unidos y otras naciones aliadas. Se calcula que murieron entre uno y tres millones de vietnamitas. Demasiadas pérdidas humanas. Estados Unidos tuvo 58.159 bajas, según leímos, y muchos desaparecidos, fue su conflicto más largo.
En los alrededores había viejos tanques, armamento y misiles abandonados y expuestos, formando parte de la memoria histórica del país. El recuerdo de la guerra estaba vivo, y algunos vestían uniformes militares y cascos verdes, comprados en mercadillos de segunda mano.
Cuando salimos al
exterior ya era de noche. En el folleto que entregan a todo aquel que visita
los túneles de Cu Chi, decían que el pueblo vietnamita solo desea paz, independencia
y felicidad. Deseamos que los túneles formaran parte de la historia pasada, sin
volver a ser utilizados, y que las sonrisas de los vietnamitas perduraran.