domingo, 13 de noviembre de 2011
EL SUEÑO DE LAS MISIONES
viernes, 28 de octubre de 2011
MISIONES DE PARAGUAY: TRINIDAD Y JESÚS
Era muy extensa, con caminos de tierra roja entre espacios verdes con palmeras y algún árbol grande que ofrecía sombra. La piedra era rojiza y estaba labrada, especialmente la gran Puerta de entrada a la misión. Se veían arcos y columnas con pedestales trabajados. En una de las salas se exponían cabezas de ángeles regordetes de piedra.
Jesús de
Taravangué fue fundada a finales del s. XVII, en 1678, por el
jesuita Gerónimo Delfin, a orillas del río Monday. Llegó a ser un pequeño
núcleo urbano de unas 300 personas. Se empezó a construir una de las Iglesias
más grandes de la época, que quedó sin concluir por la expulsión de los
jesuitas en 1767. Efectivamente la Iglesia era muy grande, no costaba
imaginarse el asombro y admiración un tanto temerosas de los guaraníes ante su
grandiosidad.
Las ruinas de la reducción de Jesús de Taravengué eran más pequeñas y aunque estaban bien conservadas nos impresionaron menos que las de Trinidad. Pero ambas tenían un interés histórico y nos hablaban de épocas pasadas.
miércoles, 26 de octubre de 2011
CONCEPCIÓN
La adormilada
ciudad de Concepción estaba a orillas del rio Paraguay. Paseamos por la calle
Estegarribia con varias mansiones antiguas restauradas y pintadas de colores
crema o granates. Las mejores eran edificios municipales.
Nos alojamos en el bonito Hotel Colonial Francés, con patio interior y ventiladores. El Mercado tenía puestos con frutas, con sandías grandes. Se veían algún carro de caballos, transportando mercancías. Hacía un calor tremendo y nos refrescamos en una heladería con ventiladores en el techo. Al final de la calle Avenida había una enorme estatua de la Virgen María vigilando a los paseantes. Y vimos una pancarta con una declaración de amor.
Dimos un paseo en barca por el río Paraguay. Las aguas estaban muy tranquilas y resultó agradable deslizarse lentamente. La otra orilla era una isla y en ella vivía el lanchero, que nos mostró su casa de madera.
lunes, 24 de octubre de 2011
ASUNCIÓN
Asunción era la
capital de Paraguay, junto al río del mismo nombre. Era una de las ciudades más
antiguas de Sudamérica, fundada en 1537 por Juan de Salazar y Gonzalo de
Mendoza. Nos dimos cuenta de que en el país las ciudades más importantes tenían
nombre femenino: Asunción, Concepción o Encarnación. El casco histórico de
Asunción era de casas bajas de dos plantas y, pese al tráfico mantenía el
ambiente de una población tranquila. Algunos edificios estaban pintados de
color rosado y crema, y conservaban rejas de hierro forjado y ventanales
ovalados.
Nos alojamos en la
Pensión da Silva, una casa antigua con patio, de techos altos con vigas de
madera y ventiladores. Estaba cerca de la Plaza Uruguay. Frente a la plaza
estaba la antigua Estación de Ferrocarril, reconvertido en Museo. Tenía
un gran porche porticado con arcos pintados de amarillo y faroles negros. Y
conservaba una locomotora de vapor de 1867. Otros edificios antiguos de arquitectura
colonial eran la Catedral Metropolitana, la Casa de la Independencia, el
Cabildo, porticado y pintado de rosa, o la Ópera, reconvertida en Oficina de
Recaudación de Impuestos.
Seguimos paseando por la calle Eligio Ayala fijándonos en los pocos comercios antiguos que quedaban, como la farmacia La Catedral, con estantes de madera. Vimos el pequeño Café Literario, para tomar algo entre libros. Nos acercamos a las orillas del río Paraguay y al Puerto. Ya había anochecido y decidimos cenar en la terraza popular de El Lido. Probamos tres platos de la gastronomía paraguaya: sopa paraguaya (pastel de harina de maíz con cebolla y queso), pescado surubí grillé y chipa guazú (pudin de maíz caliente, con cebolla y queso), acompañados de cerveza local Brhama y licuado de piña. Nos gustó más la chipa guazú que la sopa uruguaya, era más jugosa.