Por el mítico río San Juan entraron desde el Caribe los conquistadores españoles y los piratas británicos y franceses. Los
españoles construyeron varias fortalezas en el río, teóricamente para proteger
a la población de los ataques de los piratas, y de paso proteger sus posesiones
de conquistadores.
Fuimos navegando en una
barcaza y la población de El Castillo
apareció en un recodo del río, coronada por la fortaleza española del s. XVII. Estaba
reconstruido con sus muros de piedra oscura, sus arcos, ventanucos desde los
que asomarse, y sus troneras con algún cañón oxidado. Lo bonito eran las vistas
panorámicas del río y del pueblo, con sus senderos sombreados de mangos,
cocoteros, naranjos y almendros, y el río serpenteando entre las orillas
verdes.. En su interior un pequeño museo exhibía restos de barcos hundidos,
como una caja fuerte oxidada, botellas y otros objetos de la época. También
explicaba como los piratas, bucaneros y
filibusteros infestaban el Mar Caribe y atacaban a los galeones españoles
cargados de mercancías valiosas.
Los piratas eran los
que asaltaban barcos con la aprobación de la corona, como Francis Drake, que
atacó la ciudad de Granada y quiso ofrecérsela a la reina británica. Creo que
los bucaneros vendían carne de cerdo ahumada a los barcos, y de vez en cuando
los asaltaban. Supongo que los piratas como Drake, también apreciarían la
belleza del río San Juan y de sus puestas de sol.
© Copyright 2014 Nuria Millet
Gallego