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sábado, 4 de noviembre de 2023

SAO ANTAO, VALLE DE PAUL


El plan del segundo día en Sao Antao era hacer senderismo desde el Cráter de Cova a Paul, otra ruta de 16km. Era una ruta panorámica atravesando montañas verdes y terrazas escalonadas con cultivos.

Paramos en varios miradores y en el Paso Delgadinho, la carretera que dividía la Ribeira Grande de la Ribeira Torre. Los picos rocosos abundaban, con paisajes de gran belleza.

En el Cráter de Cova empezaba el sendero. Era un camino empedrado descendente en zigzag hacia el Valle de Paul. Al principio nos envolvió una densa niebla, pero luego se disipó.

El Valle de Paul era un mosaico de cultivos. Había plantaciones de caña de azúcar con plumeros en la parte superior, mangos, mandioca, plataneros, papayas, aguacates...era un auténtico vergel, regado por numerosos arroyuelos. Allí no faltaba el agua, como en otras islas de Cabo Verde.
Las casas tradicionales de los agricultores tenían tejadillos de cañizo, sujeto con tiras. Nos cruzamos con aldeanos cargando sus fardos a la espalda o en la cabeza. Nos saludaban con un "Bom dia" y estaban dispuestos a charlar. Comimos pescado con patatas en un pueblo del camino.
Pasamos por el pequeño Cidade das Pombas, y llegamos al pueblo de Paul, junto al mar. Fue una caminsta preciosa.


Otro pequeña aldea en un entorno precioso fue Xoxo  salpicada con picos rocosos puntiagudos y con unas cascadas. Todos los paisajes de Sao Antao eran de gran belleza.


sábado, 4 de diciembre de 1993

EL DR. LIVINGSTONE, UJIJI Y EL LAGO TANGANIKA



“Dr. David Livingstone, supongo”. La famosa frase fue pronunciada en Ujiji, el lugar donde se produjo el mítico encuentro entre Livingstone y Stanley. Ujiji, en Tanzania, era uno de los pueblos más antiguos de África y el principio de la antigua ruta del marfil. 

Era un pueblecito agradable, con casas de adobe y rejados de cañizo, con alguna uralitas oxidadas. A las puertas se asomaban los niños para gritarnos “Mwzungu, mwzungu!” (blanco, en swahili). Los caminos de tierra roja serpenteaban entre la hierba verde donde crecían grandes mangos, plataneros, el estilizado árbol de la papaya y cientos de palmeras.




Seguimos uno de aquellos caminos de tierra roja, y los niños nos señalaron la dirección que debíamos tomar para llegar al lugar donde se encontraron Stanley y Livingstone. Era un jardín frondoso en el que crecían dos enormes mangos, bajo los que dicen se sentó Livingstone a meditar, con un pequeño museo. El museo tenía cinco o seis cuadros de estilo casi naif reproduciendo escenas de la biografía del explorador. Junto a los cuadros dos estatuas de cartón-piedra de tamaño mayor que el natural, representaban a ambos aventureros saludándose. Por supuesto nos hicimos una foto para inmortalizar nuestro encuentro con Livingstone y Stanley.

Livingstone fue mi inmejorable compañero literario de viaje. Su libro "El último diario del doctor Livingstone" me hizo sufrir y disfrutar con él, era un testimonio único.

David Livingstone (1813-1873) fue un explorador británico que fue enviado a África por la Sociedad Misionera de Londres. Se adentró en el desierto de Kalahari, la cuenca del Zambeze, buscó las fuentes del Nilo y exploró la región del lago Tanganica, donde le encontró Stanley. Al final fue otro aventurero, Richard Burton, quien descubrió las fuentes del Nilo.

Henry Stanley (1841-1904) fue un periodista y explorador británico que en 1871 emprendió viaje a Tanganica en busca de Livingstone. Descubrió otra fuente del Nilo en el lago Victoria y también exploró el Congo.




El lago Tanganica, estaba cercano. Encontramos una playa de arena dorada, con barcas de pescadores, y un lago tan grande que parecía el mar. Se perdía en el horizonte. Leímos que era el segundo lago más grande del mundo en volumen, después del lago Baikal en Siberia. Aunque por superficie era más grande el lago Victoria. Era de color azul intenso y tenía oleaje. Nos quedamos a contemplar la puesta de sol. Salían las barcas de los pescadores y veíamos sus siluetas recortadas contra el horizonte. Pensé que aquella misma escena habría sido contemplada por la mirada de Livingstone.