jueves, 11 de septiembre de 2003

NUWARA ELIYA

Nuwara Eliya estaba ubicada en las tierras altas de Sri Lanka, con un clima más fresco que el resto del país. La ciudad fue fundada por el explorador Samuel Baker, que descubrió las fuentes del río Nilo. 

En sus calles se respiraba el ambiente colonial, con una bonita arquitectura. Las antiguas mansiones británicas rodeadas de jardines, tenían chimeneas y tejados triangulares. Destacaban la antigua Post Office, un edificio emblemático de ladrillo rojo con una torre del reloj.

Oficina de Correos de Nuwara Eliya

Vimos una mansión regia del s. XIX, reconvertida en el Hotel Heritage. Fue la residencia del gobernador inglés. Preguntamos el precio (24 euros) y decidimos alojarnos allí. Tenía doble escalinata de madera y altos techos, mobiliario antiguo y camas con dosel, en todos los detalles. La habitación era enorme, con galería interior con cuatro ventanales con vistas a los jardines. Un lujo con sabor a otros tiempos.



Había muchos comercios y los puestos del mercado eran muy estéticos, con sus frutas apiladas y con racimos de plátanos o cocos colgando. Había puestos de carne y pescado ( atún, barracuda, pez espada o tiburón). 

Paseamos por el Parque Victoria, con enormes árboles, y admiramos las suaves y mullidas ondulaciones del Campo de Golf y el Jardín Botánico Curioseamos el Hotel Hill Club de 1876, antiguo club exclusivo de los británicos, con bonitos jardines.










Nuwara Eliya era la zona productora de té más importante de Sri Lanka. Por la mañana fuimos en tuk-tuk a visitar la plantación de té Pedro Tea State. Las verdes plantaciones se extendían por las laderas de la montaña. Las recolectoras de las hojas de té eran mujeres, con sus pañuelos multicolores en la cabeza, y sacos a la espalda o cestas de mimbre con el asa en la frente.

La fábrica se fundó en 1885. Nos explicaron todo el proceso. Tras la recolección, lo secaban, trituraban, prensaban, fermentaban y lo separaban según la calidad y tamaño. Finalmente lo empaquetaban en sacos y lo exportaban. Nos obsequiaron con un té mientras contemplábamos fotografías antiguas en blanco y negro. Fue una visita interesante.






Viaje y fotos realizados en 2003

domingo, 7 de septiembre de 2003

LAS PLAYAS DE SRI LANKA

Galle era una ciudad colonial en la que los portugueses y holandeses a partir del s. XVI dejaron huella en su arquitectura. Declarada Patrimonio de la Humanidad. Nos gustó el paseo por el perímetro de su muralla, con vistas al mar. Era una muralla alta que conservaba algún pequeño bastión. El terreno de alrededor estaba muy verde, formando suaves ondulaciones. Familias y grupos de amigos paseaban juntos.

El Faro blanco, entre palmeras y junto a un edificio colonial, formaba un bonito rincón. Nos sentamos en la parte de la muralla que daba al mar y contemplamos como rompían las olas contra las grandes rocas, envolviéndolas de blanca espuma.


Desde Galle alquilamos un tuk tuk para llegar a las playas Unawattana, Welligama y Mirissa. La playa Unawattana estaba muy cerca, a 4km de Galle. Decían que era una de las mejores de Sri Lanka, y era realmente bonita. Las palmeras se perdían en la espesura y encuadraban la curva de la playa. 

En una colina de la playa destacaba la blancura de una stupa budista, con su forma de campana. Nos bañamos y comprobamos que la corriente del Océano Índico era muy fuerte y arrastraba mar adentro. Había varios bares y restaurantes, ocultos discretamente en la vegetación. En uno de ellos tomamos zumos de piña naturales.


          

La playa de Welĺigama era preciosa, rodeada de palmeras y adornada por las estacas verticales de los pescadores. La mayoría de las estacas estaban próximas a la orilla, plantadas en el mar de forma dispersa. Según la marea costaba más o menos acceder hasta ellas. Las estacas se heredaban de padres a hijos

Nos acercamos y vino un pescador a ofrecerse para que le hiciéramos una foto por 100 rupias (1 euro). Como ya lo habíamos leído y no había nadie pescando, aceptamos. Fue a coger su caña y se encaramó a la estaca. Podía colocarse de pie o sentado en una madera transversal. El pescador nos dijo que aquella época no era buena para la pesca y además el mar estaba muy revuelto. Javier también quiso subir a la estaca. Debía ser incómodo estar allí varias horas hasta capturar la pesca.

Llegamos a la playa de Mirissa sobre las dos de la tarde, y decidimos alojarnos allí. Elegimos unas cabañas con porche, entre jardines con palmeras y frente al mar. Mirissa era otra preciosa bahía curva con vegetación frondosa de palmeras y muy tranquila. 

Paseamos por la playa y disfrutamos del baño en las aguas del Océano Índico. Al atardecer vimos la llegada de las barcas de los pescadores, como recogían la captura de las redes, mientras los niños alborotaban por allí. 













Viaje y fotos realizados en 2003
Nota: En 2004, un año después de nuestro viaje, sucedió el terrible tsunami que asoló Sri Lanka y causó miles de víctimas.

miércoles, 26 de febrero de 2003

LAS RUINAS MAYAS DE COPÁN

 

En Honduras visitamos Copán, el sitio arqueológico de la antigua civilización maya. Del siglo V al siglo IX Copán estuvo vinculado con Tikal (Guatemala), y fue la capital de un importante reino del periodo Clásico y una poderosa ciudad-estado. 

Caminamos por un sendero desde la población hasta las ruinas. El entorno era selva de bosque tropical con grandes ceibas, el árbol sagrado maya. De los árboles caían cientos de hojas doradas, que volaban como mariposas. Las grandes raíces de los árboles se incrustaban en las piedras milenarias.


Leímos en la guía de Lonely Planet que el Conjunto Principal era el núcleo de la antigua ciudad con un área de 600 por 300 metros. Lo formaban la Acrópolis, el complejo real construido en el lado sur, y un conjunto de estructuras más pequeñas. Llegamos a la Gran Plaza con varias estelas de piedra con grabados. 

Las estelas eran del periodo entre el año 613 y 738, y estaban identificadas con letras: A, B, C, D, F o H. En la parte anterior tenían esculpida la efigie de un rey, como el llamado Dieciocho Conejo. Por detrás tenían columnas de jeroglíficos, de dibujos geométricos intrincados. En alguna se veían restos de la pintura roja original. Los relieves en la piedra estaban muy bien conservados. Nos gustó especialmente la estela B.



Estela B de Copán



Cerca estaba el Juego de Pelota mesoamericano, en una explanada con rampas. Lo decoraron con imágenes del guacamayo rojo, un ave destacada en la mitología maya, que vimos por allí. Junto a él la Escalinata de los Jeroglíficos, construida durante el reinado de Humo Caracol. Estaba protegida de las lluvias y soles por un tejadillo. Eran 63 escalones con la historia contada mediante varios millares de glifos de la casa real de Copán, flanqueados por rampas decoradas con más relieves y jeroglíficos. El altar frente a la escalinata tenía una serpiente emplumada con una cabeza humana emergiendo de su boca. 

Paseamos por el resto de estructuras y descansamos a la sombra de los árboles, tumbados en la hierba, o sentados en las piedras. Escribí el diario de viaje y hasta puede hacer algunos dibujos de los relieves. Leímos que en uno de los altares los arqueólogos habían descubierto huesos de 15 jaguares y varios guacamayos, probablemente sacrificados allí.





          





Estela H  de Copán

Bajo las ruinas habían excavado túneles abiertos al público desde 1999. Leímos que visitarlos podía ser una experiencia emocionante y tal vez una ocasión única por si los cerraban en el futuro. El túnel Rosalila era corto y tenía unas ventanas con cristales para poder ver la gran máscara esculpida en la piedra y bastante deteriorada. El Templo de Rosalila estaba construido sobre otra estructura, ya que los mayas al cambiar los reinados solían destruir los templos y construir sobre lo destruido. El túnel de los Jaguares era más largo, con 700m, pero no estaba abierto al público totalmente. En él estaba la Tumba Galindo, donde se habían hallados huesos, cuchillos y cuentas de collar de obsidiana. 

Estuvimos varias horas paseando entre las ruinas mayas entre la naturaleza, y admirando los históricos grabados tallados en la piedra, hasta que cerraron el recinto. Un merecido Patrimonio de la Humanidad.



Viaje y fotos realizados en 2003