miércoles, 21 de mayo de 2025

EL GOLDEN TEMPLE SIJ


En el estado indio de Punjab visitamos la ciudad de Amritsar. Allí se encuentra el Golden Temple, el principal santuario de los sijs. Nos cubrimos la cabeza con un pañuelo, dejamos el calzado en una consigna y atravesamos la Puerta de entrada con cientos de peregrinos y fieles sijs. Era una de las 18 puertas del recinto, de aspecto imponente y estilo palaciego oriental. Y apareció el Golden Temple brillando al sol y reflejado en las aguas del estanque sagrado.


El Golden Temple, en hindi Harmandir Sahib, está recubierto de oro, con una gran cúpula en forma de loto, y rodeado de otros templos blancos. La religión sij nació a finales del s. XV. Era una mezcla del hinduismo con la religión musulmana. Su doctrina defendía la creencia en un único dios y la ayuda al prójimo, rechazaba el sistema de castas y resaltaba el honor, el valor y la hospitalidad.




El Estanque Amrit Sarovar (Estanque del Néctar) fue construido en el s. XVI por el cuarto gurú sij. Había hombres bañándose y realizando sus abluciones rituales en sus aguas para purificarse. Tenían unos biombos para ocultar el cuerpo mientras se cambiaban y colgar sus ropas. Otra pequeña zona estaba reservada para mujeres, pero con una estructura para no ser vistas.



Los hombres sijs llevaban abultados turbantes de colores amarillo, naranja, verde o azul, y algunos rojos, blancos o negros. La religión sij les exigía no cortarse el pelo, que enrollaban en un moño, y llevaban largas barbas. Además portaban sus dagas en la cintura. Los guardianes del templo eran imponentes, con sus largas lanzas puntiagudas. Se ocupaban del orden en el recinto, eran amables y algunos se prestaban a hacerse fotografías con nosotros. 




Circunvalamos el recinto del Golden Temple, admirando los otros templos blancos alrededor del estanque. El suelo de mármol blanco con mosaicos quemaba y habían colocado esteras. En las galerías porticadas las familias descansaban a la sombra, y muchos echaban una siesta en las frescas losas de mármol. Nosotros también nos sentamos y descansamos del fuerte sol, contemplando el ambiente y los templos.





                 


Hicimos cola con cientos de peregrinos para acceder al interior del Hari Mandir. Todos los días al amanecer sacaban el Libro Santo y el sacerdote supremo leía fragmentos. No estaban permitidas las fotos en esa zona. Mientras en el templo resonaba la música religiosa, cantando los versos del libro santo. En los tres pisos del templo vimos varias estancias con suelos y paredes de mármol, decoradas con mosaicos con motivos geométricos y florales.  El gentío era tremendo, había peregrinos de otras regiones de India y sijs que residían en otros países, como Inglaterra o Canadá.



Alrededor del recinto había salas con varios sepulcros sagrados cubiertos con telas brillantes y custodiados  por santones con sus turbantes y largas barbas. Un grupo tocaba instrumentos y cantaba oraciones. El ambiente de devoción era intenso, los fieles al entrar a una estancia, tocaban con la mano el suelo y se la llevaban a la frente. Las fotos del interior no estaban permitidas, pero sí los sepulcros de alrededor.


Fuimos a ver las cocinas del templo que, según leímos, proporcionaban comida gratuita a 50.000 peregrinos cada día. Se ubicaban en un piso superior, en grandes salas con esteras en el suelo. Estaba todo muy organizado, al entrar te daban una cuchara y una bandeja metálica con compartimentos, típica de cantina. Ya sentados nos sirvieron por filas. El menú era dhal, el guiso de lentejas, curry de patatas, nan y lassi. Contribuimos con un donativo, claro.

La limpieza estaba muy organizada con voluntarios en cadena. Vimos un grupo de sijs lavando platos y cuencos con cenizas. Aunque en recinto había varias fuentes, para que los peregrinos se lavaran las manos y se refrescaran.



La ciudad de Amritsar tenía otros atractivos. Conservaba alguna de sus antiguas Puertas y más lugares interesantes. Nos gustó la Estatua del Maharaja Rangit Singh, sobre una estructura circular con figuras de elefantes labradas. Estaba junto a un bonito mercado de fachada rosada.




Otro templo era el Sri Durgiana, en el centro de un estanque. Era del s. XVI y estaba dedicado a la diosa Durga, la madre de todas las deidades. Leímos en la guía que era una réplica en pequeño del Golden Temple. Tenía unas preciosas puertas de plata labrada, con figuras de deidades con gran relieve.





Por la tarde fuimos al Memorial Jallianwala Bagh. Conmemoraba un trágico episodio de la ocupación británica. Como tenían indicios de que parte de Punyab eran partidarios de la Independencia, quisieron dar un escarmiento y dispararon sin previo aviso contra miles de personas. Murieron 400 personas. En su recuerdo levantaron un obelisco de piedra rosada ante un estanque de lotos entre jardines. Un bonito lugar con familias paseando.


Al anochecer volvimos al templo. Todo el recinto se iluminó y el Golden Temple refulgía en las aguas del estanque sagrado. Los sijs seguían cantando sus oraciones y había mucho ambiente. Era un lugar espiritual de gran belleza.



martes, 8 de abril de 2025

EL CANAL NYHAVN



Dinamarca está en la Península de Jutlandia y en el territorio de 443 islas en el Mar Báltico. Solo 79 islas están habitadas. Copenhague está en la isla de Selandia, y es su capital.

El Canal Nyhvan o "Puerto Nuevo" fue construido en el s. XVII, como entrada a la ciudad por el mar Báltico para los comerciantes. Durante muchos años fue habitado por marineros y prostitutas. Los tiempos modernos habían dejado paso a las terrazas de bares y restaurantes. Estaba flanqueado por casas coloridas, de tejadillos rojos, con buhardillas y chimeneas.



Disfrutamos paseando por el muelle del canal, viendo los antiguos edificios del s. XVIII  y los  barcos de madera atracados, de altos mástiles. Algunos edificios fueron sede de compañías navieras, y leímos que en el n°20 vivió Hans Christian Andersen.

Cogimos un barco por los canales, en un trayecto de una hora. Pasamos por edificios como la Ópera, la Bolsa, la Biblioteca o el llamado Diamante Negro, de mármol negro y cristal. 




Pasamos por varios puentes de piedra de poca altura, en los que había que agachar la cabeza y se podía tocar el techo de bóveda de sus arcos. 





Casi al final del recorrido en barco vimos la famosa Sirenita, emblema de la ciudad. La vimos de espaldas, sentada sobre la roca, y luego regresamos por tierra para verla mejor. Era una escultura de bronce no muy grande, de 1 metro de altura, creada por el escultor Eriksen a principios del s. XX por encargo de los Jacobsen, la familia propietaria de la fábrica de cerveza Carslberg. Estaba inspirada en un cuento de Hans Christian Andersen. 


EL CENTRO HISTÓRICO DE COPENHAGUE



Copenhague es una ciudad con mucho encanto, con palacios, castillos, calles adoquinadas y casas de fachadas de colores. El centro histórico tiene edificios antiguos con tejados inclinados, buhardillas y chimeneas. Entre las casas asomaban cúpulas verdes, torres y picos de las iglesias. 



El mar Báltico se adentra en la ciudad a través de varios canales con barcos atracados y puentes de piedra. El más famoso es el Canal Nyhanv. Fuimos en abril y aunque hacía frío, con temperaturas entre 12º y 4º, el sol era potente, los cielos azul intenso, y los daneses paseaban, hacían deporte al aire libre y llenaban las terrazas de bares y restaurantes.




En la plaza del Ayuntamiento (Radhuspladsen) había una fuente central con un dragón de bronce. El edificio del Ayuntamiento era de 1905, de ladrillo rojizo con una alta torre con el Reloj Mundial de Jens Olsen. El Ayuntamiento tenía una estatua de Absalón, el obispo guerrero al que se atribuía la fundación de la ciudad. Alrededor había otros edificios históricos de arquitectura notable y grandes dimensiones.




 
Por la ciudad se veían muchas bicicletas, los daneses solían desplazarse en ellas a pesar del frío, y los parkings de bicis estaban repletos, sobre todo el aparcamiento delante de la Estación Central de Tren y Metro.





La Glyptoteca era un museo de arte, de bonita fachada con arcos y una cúpula central. Copenhague tenía numerosos museos, además de los museos de los Palacios Christianborg, Rosenborg, Amalianborg y Frederiksborg.


Callejeamos por las bonitas plazas como la Kongens Nytorv y la calle Stroget, la calle peatonal más larga de Europa, con comercios, cafés y restaurantes.



Iglesia de Marmol, de estructura redonda y con una gran cúpula verde con adornos dorados. Por detrás estaba el Palacio de Christiansborg, que describo en otro artículo dedicado a los palacios.
La Torre Redonda (Rundeturn) se construyó en el s. XVII como observatorio astronómico. adosada a la Iglesia de la Trinidad. Tenia una rampa ascendente en forma de caracol, que daba siete vueltas hasta la parte alta. Subimos para contemplar las vistas del casco antiguo.




Más alejado estaba el Kastillet, era la antigua Ciudadela, utilizada como parque. Llegamos caminando por jardines con sauces llorones y almendros en flor. Cruzamos el foso por un puente. En el interior estaban las casas rojas de los militares, una iglesia y un molino. Había zonas de acceso limitado, pero se podía pasear disfrutando del paisaje. El molino de viento, de estilo holandés con grandes aspas, destacaba en una pradera verde.

Acabamos cenando en el acogedor Det Lille Apotek. Probamos tres tipos de arengue marinado con pan de centeno y tartaleta de hojaldre con pollo, espárragos, bacon y gratinada. Una delicia. Y al día siguiente nos esperaban muchos más atractivos de Copenhague, como el barrio de Christianía, los Jardines Tívoli, sus palacios renacentistas, museos y otros bonitos rincones...