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martes, 22 de junio de 2021

LA GARGANTA DE SAMARIA

Desde Chania cogimos un bus hasta Omalos, el punto de partida. La Garganta de Samaria tenía 16km y era uno de los cañones más largos de Europa. Empezamos a una altitud de 1.230m y fuimos descendiendo. El cañón tenía gran belleza con sus altas rocas y sus estrechos pasajes. Era un Parque Nacional, declarado Patrimonio de la Humanidad.



Empezamos el senderismo atravesando las Montañas Blancas con pinos cretenses y cipreses, salpicadas de flores silvestres rosas. Pasamos por algún salto de agua y por la Capilla de San Nicolás, una ermita de piedra con iconos en el interior. En el camino había varias fuentes de agua fresca y fuimos reponiendo bebida. Atravesamos varios puentes de troncos de madera y pasamos por las ruinas del antiguo asentamiento de Samaria. 




A tramos había sendero con piedras y otros tramos caminamos por el cauce seco del río, con más piedras. Más adelante el río arrastraba agua verde transparente y fuimos paralelos bordeando la pared de la Garganta. 



Lo más bonito fue el tramo final más estrecho, lo que llamaban las Sideropuertas, las puertas de hierro, donde la Garganta tenía paredes de 300m de altura y una anchura de 3m. Había una pasarela sobre el río, que apenas llevaba agua. 

Durante la ruta hicimos paradas para hacer fotos y comer hojaldres de espinacas y cacahuetes. Tardamos cinco horas y media para recorrer la Garganta. Al salir del cañón un autobús nos llevó hasta el pueblo Agia Roumeli, a 2km. Agia Romeli tenía una gran playa de arena oscura y piedras pequeñas, donde nos dimos un buen baño refrescante. Luego nos instalamos a la sombra de una terraza frente a la playa y comimos una ensalada cretense, con pan crustini, tomate rallado, queso feta, pimiento, pepino, zanahoria, cebolla, patata y huevo duro. Luego regresamos en barco a Chania. Un buen día de viaje.



lunes, 21 de junio de 2021

CHANIA

Chania era una ciudad histórica con encanto en la Isla de Creta, a orillas del mar Egeo. Tenía influencias venecianas y otomanas. Los venecianos llegaron en el s. XIV. En esa época floreció y fue conocida como la “Venecia del Este”. Posteriormente los turcos ocuparon la ciudad durante 250 años, desde 1646 a 1898. Más tarde, Chania fue la capital de la isla hasta 1971, y era la segunda mayor ciudad de Creta, después de Heraklion. 

El Puerto fue construido por los venecianos. En el Paseo Marítimo estaba el Faro y la hilera de casas con tono amarillo y crema predominantes, bordeados por tabernas. En primera línea había una Mezquita de los Jenízaros, con cúpulas redondeadas y sin minarete. Era el edificio otomano más antiguo de Creta, construida en el s. XVI. Dejó de funcionar como mezquita en 1923.

La Fortaleza Firkas era una enorme construcción de los venecianos, con largas murallas exteriores. Albergaba el Museo Naval, que exhibía una maqueta de la batalla de Creta, pero estaba cerrado por la fiesta del lunes de Pentecostés.



Nos metimos en el laberinto de calles coloridas que conservaban muchas casas señoriales venecianas y turcas, transformadas en coquetos restaurantes y hoteles con encanto. Las calles tenían muros amarillos y terracota, con rincones preciosos con plantas y flores. Las tabernas griegas con emparrados. ocupaban las esquinas y los patios, a cual más bonita, ofreciendo sombra y deliciosa gastronomía.




Paseamos por los barrios Topanas, Kastelli, el barrio turco Splantzia, o Hevraiki, el barrio judío con tiendas de antigüedades y una Sinagoga. Vimos la Catedral y descubrimos un sitio singular. Parecía un antiguo convento del que solo se había conservado la fachada sin techado, y en el interior habían instalado un restaurante Los troncos de árbol se adherían al muro adornado por verde hojarasca. A la sombra de los viejos muros se estaba estupendamente.

Al atardecer la hilera de casas del Puerto Veneciano se tiñó de tonalidades doradas y vimos ocultarse el sol.








sábado, 19 de junio de 2021

CRETA Y EL PALACIO CNOSSOS

La isla de Creta tenía muchos atractivos. Uno de ellos era el Palacio de Cnossos, a 5km de Heraklion. Fuimos en bus y compramos a entrada combinada que incluía el Museo Arqueológico. El Palacio Cnossos era uno de los muchos vestigios de la civilización minoica. Se construyó en el año 1900 a.C, y el arqueólogo Evans lo descubrió en 1900. Cnossos fue la capital de la Creta minoica

 

El Palacio fue la residencia de reyes, con grandes estancias, patios, baños y frescos coloridos, y también tuvo funciones religiosas. En el recinto al aire libre se extendían las ruinas restauradas. El Salón del Trono tenía muros de color rojo terracota decorados con grifos, el animal mitológico mitad águila, mitad león. El trono era de alabastro y frente a él, separado por columnas negras, había un baño ritual y unos bancos de piedra.  


Los frescos tenían mucho colorido. En el Pórtico vimos el Fresco de los Coperos, figuras que portaban ánforas y vasijas. Cerca estaba otro fresco llamado El Príncipe de los Lirios, un joven con una corona de lirios y plumas de pavo real. En la Sala llamada Megaron de la Reina estaba el Fresco de los Delfines, pero la sala estaba en restauración: lo vimos luego en el museo.




En el patio vimos los Pithoi gigantes, unas enormes vasijas de arcilla que guardaban vino, aceite y grano, y se transportaban usando cuerdas a través de sus anillas. Cerca estaban las ruinas de la que fue la Gran Escalera, que accedía a las estancias reales y ruinas de muretes. No había demasiada gente, pudimos verlo sin aglomeraciones ya que con las restricciones del covid la gente todavía no se animaba a viajar.



El templo estrella del Palacio era una construcción de dos plantas, con tres columnas granates y frontón adornado con círculos blancos. En el interior tenía un fresco de un toro embistiendo, pintado con los cuernos amarillos sobre un fondo azul.




Luego fuimos al Museo Arqueológico, en el Puerto de Heraklión. Fue impresionante, con su colección de objetos minoicos, frescos, mosaicos y esculturas. Exhibía alfarería, joyas, tumbas, figurillas funerarias…Algunas ánforas eran del tamaño de una persona, servían de almacenaje y también tenían uso funerario para enterrar al finado. La decoración de algunas ánforas era preciosa, con motivos geométricos, florales o de figuras, combinando los tonos granate y negro.

Había una sala dedicada a los deportes, la vida diaria y espectáculos. Sobre los deportes había mosaicos de hombres con toros, algo muy cretense, y referencias a los Juegos Olímpicos. Mostraban un disco llamado Phaistos Disc con un texto minoica con inscripciones de pictogramas, que se consideraban una pieza importante para interpretar la escritura antigua. Era como una especie de piedra Rosseta. Todo muy interesante.

El Palacio Cnossos fueron las ruinas mejor conservadas y de mayor colorido que vimos en Grecia. Una visita inolvidable.