domingo, 19 de mayo de 2019

LAS RUINAS DE BUTRINT

Butrint era uno de los conjuntos monumentales y arqueológicos más importantes de Albania. Las ruinas de una ciudad griega del s. IV a.C. con teatros e iglesias paleocristianas, Se extendía por un agradable bosque, en el Parque Nacional Butrint frente a la isla de Corfú, y estaba declarado Patrimonio de la Humanidad.

A la entrada estaba la alta Torre Veneciana del s. XV-XVI. Siguiendo el camino estaba el Santuario del s. IV a.C. dedicado al dios Asclepio, hijo de Apolo, y dios de la Medicina. Quedaban columnas y muretes.



Después se encontraba el Teatro construido en el s. III a.C. adaptado al estilo romano posteriormente. Tenía la forma de anfiteatro clásico. Luego seguían las Termas Romanas, el Ágora epicentro civil y comercial de la ciudad, el Gimnasio, la Villa Romana transformada en el s. V en un edificio con un comedor de forma triangular, el Palacio Tricónquido, el Baptisterio del s. VI con columnas y el suelo de mosaicos, la fuente del s. II dedicada a las ninfas, la Gran Basílica, la Acrópolis. la Puertas del Lago y la Puerta del León, grabado en la piedra del dintel.




Las ruinas fueron descubiertas en 1997 por arqueólogos italianos. La ciudad estuvo habitada desde tiempos prehistóricos, fue una colonia griega, una ciudad romana con Julio César y un obispado. Fue abandonada al final de la Edad Media, después de que el área se volviese pantanosa e insalubre por la malaria. Se había excavado y desenterrado aproximadamente una quinta parte de la ciudad. 


El Castillo Veneciano de los s. XIV-XVI, fue reconstruido en 1930. En el castillo había un museo con restos arqueológicos, alfarería y fragmentos, monedas, esculturas de mármol y columnas. Fue una visita agradable, interesante y completa. Tras disfrutar de las ruinas regresamos a la playa de Ksamil, donde estábamos alojados y nos dimos un buen baño en el mar Jónico.



LA MEZQUITA TETOVO

 


Desde Skopje fuimos a visitar la Mezquita Tetovo, de la época otomana, construida en1459. La describían como sublime e inusual por sus murales pintados con motivos florales y sus baldosas de cerámica. Como curiosidad, se utilizaron más de 30.000 huevos para la pintura y esmalte. 

La fachada exterior de la Mezquita era de baldosas de cerámica. Tenían estrellas de múltiples puntas como la Rosa de los Vientos, de colores diferentes. Estaba rodeada por un agradable jardín, con la fuente para el lavado de los pies previo a la oración.




El interior era precioso, con 30 ventanales y murales con motivos florales en rojos y amarillos, como colores predominantes. Tenía balcones de madera y un mihrab con hornacinas indicando la dirección de la Meca, para orientar la oración. 

La bóveda central y el perímetro del techo tenía escenas de ciudades y barcos. Había una gran lámpara central de cristales tallados, alfombra roja con dibujos y atriles para la lectura del Corán. Un anciano con casquete musulmán custodiaba la Mezquita y nos recordó que hiciéramos una donación. Una de las mezquitas más bonitas que vimos.




sábado, 18 de mayo de 2019

LA SKOPJE MONUMENTAL


Skopje era la capital de Macedonia, una ciudad monumental con edificios nobles de estilo neoclásico. Al entrar en la ciudad cruzamos la Porta Makenodija, un Arco del Triunfo pintado de blanco. La Plaza Skandeberg tenía una estatua ecuestre dedicada al héroe nacional. Otra plaza bonita era la Plaza Aleksander.


Varios puentes atravesaban el río Varda. El llamado Puente de las Artes tenía esculturas de pintores, escritores, músicos, actores y otros artistas, con su placa identificativa. El Puente de la Historia tenía esculturas de reyes macedonios y personajes históricos. Contamos 15 esculturas a cada lado. Otro puente de piedra era el Kameni Most con arcos.





Los edificios también tenían estatuas en la fachada, a veces en la planta superior del edificio o cariátides sosteniendo las columnas. Había una Fuente con estatuas dedicadas a la maternidad. Los peatones eran diminutos antes las proporciones de las estatuas. Todo era colosal.


En la ribera del río había atracadas dos goletas antiguas de madera oscura. Eran barcos de otros tiempos, reconvertidos en restaurantes y bares. Por la noche se iluminaban los barcos, los puentes, los edificios y el Castillo.

 

El Bazar Turco (Carsija) era entrar en otro mundo. Calles estrechas y laberínticas, repletas de cafés con terrazas, joyerías y pequeños comercios de recuerdos, Entramos en algunas Mezquitas y reposamos a la sombra de sus jardines, mientras algunos fieles se lavaban los pies en la fuente de la mezquita. 

Vimos el Hamán restaurado y cerrado. En otro antiguo hamán habían ubicado una galería d artes, con seis habitaciones con bóvedas con orificios que dejaban pasar la luz. Exponían retratos y fotos de naturaleza. Era un espacio fantástico para una galería de arte.

El Bazar Turco (Carsija) era entrar en otro mundo. Calles peatonales empedradas, estrechas y laberínticas, repletas de cafés con terrazas, joyerías y pequeños comercios de recuerdos, Entramos en algunas Mezquitas y reposamos a la sombra de sus jardines, mientras algunos fieles se lavaban los pies en la fuente de la mezquita. Además de mezquitas, había bonitas iglesias ortodoxas, con cúpulas, donde asistimos a un bautizo.




Visitamos el Museo de Trajes, con fotos del terremoto que arrasó la ciudad en 1963. Y vimos la Casa Memorial de la Madre Teresa de Calcuta, que nació en Skopje, aunque se consideraba albanesa, ya que pertenecía a la minoría albanesa. 

Subimos al Castillo-Fortaleza. En un torreón ondeaba la bandera de Macedonia: un sol amarillo que extendía sus rayos sobre fondo rojo. Una bandera bonita. El Castillo solo conservaba la muralla, los torreones y muretes interiores. Skopje fue una grata sorpresa, una ciudad monumental con historia y atractivo.







viernes, 17 de mayo de 2019

BERAT Y LAS MIL VENTANAS




La “ciudad de las mil ventanas”, así la llamaban, porque todas sus ventanas estaban orientadas en la misma dirección y eran de proporciones similares. Producían un efecto curioso.
Estaba situada junto a un meandro del rio Osuma. C
onsiderada Patrimonio de la Humanidad, con su Castillo y sus casas escalonadas en la colina, entre la verde vegetación, era una de las ciudades más bonitas de Albania. 

A un lado del río estaba el barrio Mangalem, tradicionalmente musulmán, y al otro el barrio Gorica, cristiano. En Mangalem estaba la Mezquita del Sultán, una de las más antiguas de Albania, en restauración. Callejeamos y visitamos el Museo Etnográfico, una casona de piedra del s. XVIII con dos plantas y balcón de madera. El piso superior era la residencia de la familia. La habitación para recibir visitas tenía divanes otomanos, mesas bajas, braseros, chimenea, palmatorias. La habitación del taller mostraba dos telares, ruecas, huso, plancha de hierro, ovillos, tejidos. La cocina era el centro de la casa, con una claraboya en el techo, balanza, chimenea, piedra de moler, sartenes y morteros, entre otros objetos. La parte baja y porche de la casa eran para el ganado y almacén de productos (olivas, aceite, cereales).





Subimos a la Iglesia St. Michael, a media altura de la colina, bajo el castillo. Estaba cerrada, pero el camino era muy bonito entre el verde, amapolas y flores amarillas, y compensaban las vistas.
Tres puentes cruzaban el río Osuma, dos peatonales y uno para vehículos. Uno de los peatonales era el Puente Gorica, de 1780. De piedra con nueve arcos y 130 m. de largo.

Cruzamos al barrio Gorica, donde estaba el Monasterio Spiridon rodeado de cipreses, con frescos originales bastante deteriorados, iconos y un iconostasio restaurado. Recorrimos el barrio paseando sus estrechos callejones blanqueados, con parras.




Subimos al castillo por una cuesta empedrada, bastante empinada. La Kala Ciudadela del s.XIV era impresionante, con 24 torres. El recinto interior era enorme, todo un pueblo de casas blanqueadas. Sus moradores ofrecían bordados, visillos con vainica, mermeladas y compotas artesanales. Vimos la antigua cisterna de aguas subterráneas, la iglesia Holy Trinity y la Acrópolis. Recorrimos la muralla hasta el torreón del promontorio más alejado. Las vistas desde allí eran panorámicas, de las casas y tejadillos de Berat. Una imagen para el recuerdo.
                                                                                                                                                                            
© Copyright 2019 Nuria Millet Gallego
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