viernes, 12 de septiembre de 2025

P.N.BELOVEZSHKAYA



En Brest cogimos una Marshrutka, las furgonetas colectivas, para visitar el Parque Nacional Belovezskaya. El parque es Patrimonio de la Humanidad.

Se puede hacer senderismo o coger bicicletas. Nosotros nos apuntamos a una excursión por el parque con un bus que sale a las 11h (hay otra salida a las 14h). Atravesamos bosques de pinos y robles. Caminamos por un sendero y vemos un roble de 550 años, 2m de diámetro y 31m de altura.


El parque se inauguró en 1932, aunque fue un coto de caza de zares, príncipes y secretarios del Partido Comunista. Vimos un tramo del antiguo Camino Real. 

Paramos en otro punto del parque con un Museo al aire libre con casas tradicionales. Son cabañas de madera y en el interior hay dormitorios con cunas colgantes, la cocina, sala de caza con una piel de lobo y de oso, un telar y coloridos textiles. En otra cabaña hay una pequeña destilería con alambiques de cobre. Nos ofrecen un chupito de licor fortísimo y una pan de centeno con tocino. 





Al final de la excursión visitamos el "zoo", un recinto con varias especies de animales enjaulados: ciervos, osos, lobos, jabalís, águilas,  caballos y bisontes.  El espacio de los osos y los lobos es muy reducido y da pena verlos. 

Los bisontes son los únicos ejemplares europeos que se conservan en el continente, y son los que más interés teníamos por ver. Tienen un recinto más grande con vallas. Vimos una familia de seis ejemplares. El más grande era impresionante, con sus cuernos y su joroba. 




miércoles, 10 de septiembre de 2025

GRODNO

 

Llegamos a Grodno en una furgoneta Marshrutka desde Brest, un trayecto de 239km. El día estaba nublado y destacaba la Iglesia de San Francisco Javier, de fachada blanca con cúpulas azul cielo.

Otro edificio notable es el Teatro de Arte Dramático, de arquitectura moderna, con una escultura del caballo alado Pegasus. Cerca está el Monasterio San Bernardino, de fachada amarilla.

Cruzamos el Old Bridge sobre el río Nieman y contemplamos las vistas de la ciudad con sus iglesias y Castillos.


Después visitamos el Castillo Viejo. Fue construido en madera a finales del s. XI como una fortaleza defensiva. Y bajo el Ducado dd Lituania durante el s. XVI se reconstruyó en piedra y ladrillo, con cinco torres. Sirvió como residencia de Stefan Bathory, el rey de Polonia y Lituania, y fue ocupado por el ejército ruso, que lo convirtió en cuartel militar. Nos gustó especialmente su torre principal.



Visitamos varias salas a distintos niveles, la galería, azotea con vistas, una iglesia interior con vidrieras y el baño. El baño real tiene una gran bañera de madera, jofainas y una estufa con depósitos de cobre. Unas miniaturas ilustraban como se calentaba el agua con maderas y hierbas aromáticas.



En varias habitaciones hay bonitas estufas de cerámica esmaltada. Una gran sala con ventanales y chimenea tiene un gran friso mural con figuras pintadas y esculturas de mujeres en cada esquina, sosteniendo los techos artesonados. En el Castillo Nuevo hay un Museo de Historia y Arqueología que no pudimos visitar.


La Torre de observación de los bomberos fue construida en 1912 para labores de vigilancia, tras el incendio que sufrió la ciudad en 1885. La fachada de la Estación de Bomberos tiene un gran mural.


Cerca está la Sinagoga, un gran edificio de fachada color crema y naranja, con estrellas de David. En el interior vimos el Libro de la Torá.


Seguimos paseando por la calle peatonal Sovietskaya con tiendas, cafés y restaurantes. Estaba bastante apagada porque llovía y la gente se refugiaba en los modernos centros comerciales..

Cenamos en el restaurante Stary Lyamus, en una casa antigua en Gilibert Park. El restaurante está en la gran buhardilla con vigas de madera, decorado con ruecas, planchas de metal, jarras y objetos antiguos. Muy acogedor. Pedimos una olla de barro con fríjoles y una cazuela de champiñones gratinados, con cervezas tostadas. Al salir, la calle Sovietskaya estaba iluminada.



lunes, 8 de septiembre de 2025

LA LÍNEA DE STALIN

Desde Minsk puede hacerse una excursión de un día a la Línea de Stalin, a 30km. Fuimos con un taxi por la App Yandex Go, operativa en Bielorrusia. La Stalin Line era un conjunto de fortificaciones distribuidas a lo largo de la frontera occidental de la antigua Unión Soviética, para proteger al país de un posible ataque. 

Fue creada durante los años 20, pero en 1939 tras el pacto con Hitler y la invasión de Polonia, la frontera se desplazó hacia el oeste y fue sustituida por la Molotov Line, 300km más al oeste. En 1941 la invasión alemana en la llamada Operación Barbarroja pilló a los soviéticos con la nueva línea sin terminar y la Línea Stalin se abandonó.

Se conservan varios puntos de la Stalin Line en buen estado, y el que visitamos es un Museo Militar al aire libre, que conmemora el aniversario del final de la II Guerra Mundial. Entramos en el gran recinto abierto escuchando himnos patrióticos por los altavoces. Hay carteles propagandísticos soviéticos con la imagen de Stalin con su mostacho, soldados despidiéndose de sus madres y esposas, soldados comiendo el rancho (pan y sopa) y Stalin señalando con el dedo ("You") para pedir el reclutamiento.

El día estaba gris y lluvioso, sacamos los paraguas y visitamos el lugar histórico, solitario y triste. Seguimos los senderos entre campos verdes y cruzamos un río por el puente. Vimos tanques, tanquetas, lanzamisiles, aviones, helicópteros y radares expuestos al aire libre. En dos grandes hangares había más maquinaria de guerra. 





Los aviones tenían pintada en el fuselaje una estrella roja en la cola. Vimos de cerca las cabinas de los pilotos. Hay carteles informativos con los modelos de aviones, helicópteros y maquinaria. Leemos que un avión podía acarrear hasta 4000 toneladas de material. Vimos algunos soldados bielorrusos por el recinto, ocupándose de las instalaciones. 


También hay antiguos trenes soviéticos con locomotoras de vapor, que transportaban el equipamiento militar. Luego tomamos cafés en una acogedora cabaña del museo. Un museo que era toda una exaltación de la llamada guerra patriótica. Fue una visita interesante, curiosa y un tanto extraña. 


domingo, 7 de septiembre de 2025

GOMEL, LA BIELORRUSIA ORIENTAL

Llegamos en tren a Gomel desde Minsk. El tren era de estilo soviético, con compartimentos con literas y literas en el pasillo. Y con una encargada por vagón. Nos recordó los trenes de la Ruta del Transiberiano.



Gomel es la segunda ciudad más importante de Bielorrusia. Está en la orilla derecha del río Sozh, cerca de la frontera con Ucrania y de la central Nuclear de Chernobil. Y es una ciudad interesante por sus propios atractivos.

La calle principal Sovietskaya tiene bonitos edificios clásicos con adornos de estucado en la fachada, pintados de colores crema, rosados y verde claro.


La calle desemboca en la plaza Lenina con una estatua de Lenin y con el edificio del Teatro de Arte Dramático. La ciudad conserva los antiguos trolebuses.

Visitamos la Iglesia de San Pedro y San Pablo, de fachada amarilla con un jardín lleno de flores. Los fieles encendían velas y rezaban. Detrás están las Capillas-tumbas de la familis Paskovich, los nobles locales. Las capillas son un torreón de ladrillo rojizo con mosaicos, rematado pot un pináculo y cinco cúpulas doradas. Una construcción de estilo ruso, preciosa y original.


Visitamos el impresionante Palacio Rumyantsev-Paskovich, de fachada amarilla y blanca, con columnas. Un auténtico lujo digno de zares. Salas con columnas, estatuas, frisos, grandes lámparas, suelos en madera tallada, vidrieras, etc. Había salas de reuniones, de música con un piano blanco, despacho, biblioteca, comedor y galerías con plantas.




El terreno fue donado al conde Rumyantsev por la emperatriz Catalina II. A finales del s. XVIII se completó el Palacio en estilo neoclásico. En 1934 fue comprado por Paskovich y lo reconstruyó. Además de ser riquísimos, el conde y su mujer se dedicaron a labores de filantropía y construyeron una escuela, farmacia y hospital.

Cerca está el Invernadero del Parque, creado sobre el invernadero de Paskovich. Ocupó el taller de una fabrica de azúcar. La estructura acristalada tiene varias especies subtropicales. 


Subimos los 200 escalones de la Torre de Observacion de 40m, que fue la chimenea de la antigua fábrica de azúcar. Ofrecía buenas vistas del Parque boscoso, el Palacio y el río Sozh.


Seguimos paseando por el parque y bajamos al río. Cogimos un barco por el río Sozh, un trayecto corto de 40 minutos. Pasamos bajo el puente del ferrocarril y desde el barco vimos la Torre de Observación. Las orillas están muy verdes y fue muy relajante.



Había ambiente festivo en la ciudad, con muchas familias paseando por la calle y por el Parque durante el día y por la noche. En la Plaza Lenina había música y merenderos, y en otros rincones del bosque tocaban grupos de música y la gente bailaba animadamente. Supimos que celebraban el 80 aniversario de la Victoria en la II Guerra Mundial.

Gomel fue una agradable sorpresa en la ruta por Bielorrusia y nuestra etapa final.