jueves, 8 de mayo de 2008
PALMIRA, LA CIUDAD DE LA REINA ZENOBIA
LAS NORIAS DE HAMA
miércoles, 7 de mayo de 2008
LA BLANCA ALEPO
De Siria me llevé muchos recuerdos, el de los patios del Bimaristán y el olor a jabón de Alepo, entre otros.
martes, 6 de mayo de 2008
EL CHADOR SIRIO
lunes, 5 de mayo de 2008
CARAVANSERAIS Y PATIOS DAMASCENOS
domingo, 4 de mayo de 2008
IBRAHIM, EL EÚFRATES Y LAS RUINAS DE SIRIA
viernes, 30 de noviembre de 2007
EL SIFONAZO ARGENTINO
jueves, 29 de noviembre de 2007
EL SUEÑO DE BORGES
Imaginad un teatro repleto de miles de libros, con estanterías repartidas en los palcos. Un palco pequeño tiene a la entrada el cartel de “Sala de lectura”, aunque por todas partes hay sillones en los que montones de gente hojean y leen libros, absortos en su paraíso. El sueño de cualquier lector y amante de la literatura. El sueño de Borges, tal vez. Pero no es un sueño: existe. Está en Buenos Aires, la ciudad natal del escritor, y se llama “El Ateneo”.
En el escenario, entre cortinajes de terciopelo rojo, hay un café con actuación de música de piano en directo. Pedimos cortados, que nos sirvieron con una galleta de chocolate y un vaso de agua, como se hacía antaño, mientras degustábamos el hojeo de un libro. Me pareció estar dentro de un sueño y pensé que aquel lujo de librería sólo era posible en Buenos Aires, una de las ciudades del mundo con más librerías por metro cuadrado. Me pregunté cuánto tiempo más sería rentable. Le deseo muchos años de vida a “El Ateneo”. Allí nos quedamos una tarde fascinados por aquel entorno único y especial. Un lugar para recordar.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
BARILOCHE
San Carlos de Bariloche,
abreviada
Bariloche, era el centro turístico de la Región de los Lagos en
Argentina. La ciudad estaba a 700m de altitud, junto la Cordillera de los
Andes. Tenía una arquitectura alpina con un toque propio de la Patagonia,
al utilizar maderas nobles locales y una construcción única de piedra.
Subimos al Cerro Campanario, primero en taxi y luego en telesilla. La panorámica era de 360º, impresionante. Desde todos los ángulos se veía el Lago Nahuel Huapi, salpicado de verdes islas y rodeado por montañas nevadas. Bariloche era una estación de esquí, pero en primavera tenía un paisaje espectacular. Por la carretera y por todas partes se veían grupos de flores amarillas, tipo retama, que florecían en noviembre. Las aguas del lago tenían un color azul brillante y lucía el sol. En la cima había un restaurante semi circular con ventanales panorámicos, y allí nos sentamos a contemplar el bello paisaje.
Al día siguiente
embarcamos en un catamarán grande que nos llevó a la Península de Quetrihue. Las
montañas con cumbres nevadas se reflejaban en la superficie lisa del lago. Bajamos
y recorrimos unas pasarelas de madera a través del bosque de Arroyanes,
que era único en el mundo. Los arroyanes patagónicos se caracterizaban por su tronco
color canela anaranjado. No tenían corteza y por eso su tacto era frío y
parecido a una piedra lisa. Tenían algunas manchas blancas en los troncos. En
la parte alta tenían hojas verdes, pero en todo el bosque predominaban los
tonos anaranjados.
En medio del bosque de arrayanes había una coqueta cabaña de madera que, según decían era en la que se había inspirado Walt Disney para su película “Bambi”. Comimos bocadillos en la Playa del Toro, sentados en un tronco grisáceo fosilizado. Una pareja de patos con seis crías se acercó a curiosear y luego se metieron en el agua. Cerca de la playa había unas pinturas rupestres muy sencillas.